El sistema operativo Windows 7 (Seven para los amigos) fue una de las mejores versiones del SO de Microsoft. Aún hoy, ya fuera de «mantenimiento activo» por parte de Microsoft, sigue «corriendo» en cientos de millones de ordenadores de todo el mundo; por algo será.

La realidad es que un porcentaje mucho mayor del esperado de usuarios, particulares y empresas, utilizan todavía hoy en día en 2020 el sistema operativo Windows 7, bien por comodidad y compatibilidad con el hardware y software (antiguo) que todavía utilizan y quieren seguir utilizando, bien por no querer cambiar a un sistema nuevo del que tendrán que aprender a manejar y, seguramente, les requiera desembolso económico para instalarlo en un nuevo hardware compatible (y eso a pesar de las indicaciones de Microsoft acerca de la altísima compatibilidad del hardware que ya corría en Windows 7 con el nuevo Windows 10).
Otro efecto de la obsolescencia programada
Los esfuerzos de Microsoft en los últimos dos años para atraer a los usuarios hacia la actualización «permanente ahora sí o sí» hacia la última versión de Windows (realmente, es una nueva versión dos veces al año) han sido brutales: dejando de mantener parches de seguridad hacia Windows 7, presionando a los fabricantes de software para que no produzcan versiones para el antiguo SO, y a las plataformas on-line para forzar la compatibilidad exclusiva al nuevo SO Windows 10…
Para dar la «puntilla final», a partir de enero de 2010, Windows 7 ya no tiene soporte de Microsoft. Pero eso no quiere decir que esté abandonado: todavía, -muy- de vez en cuando, salen parches de seguridad para él, aunque ya Microsoft dejó claro que no es un sistema operativo seguro hoy en día. Y como tal, pudiera ser objetivo de malware que explotara sus -aún posibles- fallos de seguridad (bueno… en eso ya sabe el lector lo que pienso yo de la «seguridad» de Windows).
Lo cierto es que Windows 7, y de cerca también el olvidado Windows 8 (8.1), son sistemas operativos a los que Microsoft no quiere seguir manteniendo, aún a pesar de ser consciente que a fecha de 2020 suponen juntos aún el 33% del parque mundial de sistema operativo. Eso no quiere decir que sean sistemas operativos no-válidos, pues siguen funcionando igual de bien que antes mientras se siga utilizando software que lo soporte, y eso durará aún muchos años: por ejemplo, los antivirus, los navegadores, los juegos… todavía van a funcionar mucho tiempo con Windows 7 y 8.
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