Cómo afecta “el efecto Google” al funcionamiento de nuestro cerebro

Las nuevas tecnologías están cambiando nuestra forma de pensar y actuar. Llevan ya años haciéndolo. Lo que ocurre con la tecnología es muy curioso: pensamos que “todo” lo que trae la tecnología es “per se” bueno. ¿No nos facilita la vida? Nuestro cerebro quizá piense otra cosa.

Las nuevas tecnologías y nuestro cerebro

Como indica el Prof. Dr. Ricardo Allegri, jefe de Neurología Cognitiva de Fleni e investigador independiente del Conicet:

Las nuevas tecnologías cambian paradigmas. De esta manera, las formas de procesamiento que eran habituales en generaciones anteriores se alteran; es decir, si en el pasado el procesamiento de la información era más lineal, actualmente es en paralelo. Por eso una persona puede mantener al mismo tiempo varias conversaciones a través de Twitter, SMS y chat, sin inconvenientes”.

¿Y qué me decís de recordar los números de teléfono?. Hace unos años, los adultos nos sabíamos el de los más allegados. Actualmente, ¿Cuántos números de teléfono recuerdas?

Eso mismo se puede extrapolar a la enseñanza. Si a un adolescente le haces una pregunta y no la sabe, no tardará ni un segundo en coger el móvil, entrar en Google y buscarlo. Tienen toda la información al alcance de su mano de forma instánea, ¿para qué memorizar entonces?

Pero, ¿Qué es el efecto Google?

Utilizar Internet como primer (y casi único) banco de datos se conoce como efecto Google. Las nuevas tecnologías hacen que nuestro cerebro funcione de otra forma a como ha sido a lo largo de milenios).

La Dr. Tracy Alloway, experta en psicología cognitiva de la Universidad de Stirling, Escocia, indica:

Este alejamiento de la memorización en última instancia puede ayudar a la gente a mejorar su comprensión, porque la memoria es mucho más que la memorización, y el Efecto Google nos permite liberar más espacio en nuestros cerebros para orientarlo más al procesamiento de información”.
Sobre este tema, la Dra. Marcela Cohen, neuróloga de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina afirma que:

Está claro que hoy, el Efecto Google es la forma actual de acopio de datos. Si bien puede verse como detrimento para el ejercicio de la memoria, desarrolla otras áreas como la creatividad y asociación rápida, y la posibilidad de realizar lecturas simultáneas. El acceso instantáneo a la información variada permite la comparación, la asociación de ideas. Además estimula la flexibilidad cognitiva mediante la utilización de juegos y programas informáticos. El cerebro tiene muchas funciones, una es la memoria. Si bien ésta es la que parece descansar en el nuevo escenario, otras como la rapidez visual y motora, la deducción, la concentración y la atención utilizadas en Internet son propiciadas como una forma de gimnasia cerebral”.

¿Cómo afecta a las generaciones que han nacido en Google?

Está claro que nosotros (los “bien adultos” aprendimos memorizando datos y cuanto más datos retenías, mejor era tu valoración. Pero ese sistema educativo está obsoleto. Acumular información cuando es accesible no es importante para el cerebro. Eso lo saben los cerebros de los niños, por lo tanto, se estructuran de forma diferente al de las generaciones anteriores.

En este sentido, el Dr. Fleni advierte:

Si uno evalúa las funciones cognitivas en forma aislada, puede decir que el impacto es positivo o negativo. Por ejemplo, si analizo el efecto de los buscadores de Internet puedo afirmar que alteran de alguna manera nuestro cerebro, ya que la memoria episódica (que es un sistema de memoria explícita y declarativa que se utiliza para recordar experiencias personales enmarcadas en nuestro propio contexto, como es el hecho de recordar números de teléfonos) se vuelve menos efectiva que antes, pero si lo analizo en el nivel global, sin duda se trata de un impacto positivo, porque las redes sociales como Facebook nos facilitan la memoria operativa porque nos permite interrelacionar situaciones, mientras que Twitter, por sus características de instantaneidad y linealidad, pone al cerebro en contacto con infinidad de personas que discuten una misma información”

Cómo Internet influye en nuestro comportamiento

Según la opinión del Dr. Fleni: “estamos ante un problema si la actividad que antes tenía el cerebro ahora se la delegamos a los aparatos, dejando al órgano inactivo. Pero si descargo parte de mi memoria en Internet para poder usar mis capacidades para interactuar y procesar diversas informaciones, entonces el efecto es positivo. Antes teníamos una capacidad mucho más limitada para ubicar y manejar información. Ahora tenemos más acceso y mayor capacidad para procesar y relacionar mucha información. Definitivamente, no es que el cerebro deja de trabajar, sino que lo hace de otra manera”.

Actualmente nos encontramos con el siguiente problema, tal y como indica la Dra. Alba Richaudeau: “Las investigaciones demandan tiempo y los avances tecnológicos avanzan a una velocidad superior al necesario para establecer su validez”.

Fabricio Ballarini: ¿En qué nos afecta GOOGLE?

 

¿Cómo afecta Internet a la memoria? Google como ejemplo

Las ventajas del uso de las nuevas tecnologías hoy en día son evidentes, pero suponen un cambio respecto a nuestros hábitos pre-Internet. Estudios recientes empiezan a señalar diferentes formas en las que está afectando a la memoria pero también a la activación de ciertas zonas del cerebro en detrimento de otras, sobre todo en personas que hacen un uso intenso rozando lo adictivo. La siguiente infografía muestra un ejemplo para el caso concreto de Google y el conjunto de servicios que nos ofrece.

Infografía: Google y la memoria

[ clic sobre la imagen para verla en grande ]

En el modelo educativo pre-Internet la memorización era una parte esencial del mismo, hoy principalmente por motivos pedagógicos se empieza a aceptar que es un enfoque menos beneficioso que el aprendizaje procedimental o la adquisición de competencias. La memorización de fechas, fórmulas y definiciones pierde aún más sentido cuando Internet nos puede proporcionar la respuesta a un clic.

Debido a su alcance, comienza a denominarse por muchos expertos este hecho como “Efecto Google”, si bien, además de Google, existen otros buscadores (Duck duck go, Bing, …) y otros servicios web como Wikipedia o Wolfram Alpha entre otros muchos. Todos ellos nos ofrecen funcionalidades parecidas y que ya se han convertido en parte de nuestro día a día.

¿Qué herramientas web nos ayudan a recordar cosas?

  • El buscador de Google nos proporciona información de cualquier cosa que pongamos en el cuadro de búsqueda y hagamos clic.
  • Google Calendar nos permite recordar fechas y eventos a modo de agenda, pero también con el envío de avisos.
  • Google Maps evita que tengamos que recordar direcciones o cómo llegar a los sitios.
  • Google Images nos muestra a partir de una foto de un objeto toda la información relacionada con él.
  • Google Traductor traduce cualquier texto o web al instante sin que tengamos que recordar la traducción de cada palabra.

Cómo afecta Google al cerebro (2)

¿Cómo nos afecta?

Antes de Internet la información teníamos que recopilarla manualmente de donde buenamente se pudiera, en clase, libros, enciclopedias, diccionarios … el objetivo a continuación era recordarla cuando la necesitáramos, memorizando lo más importante, buscando asociaciones visuales, quedándonos con lo más importante etc.

Ahora cuando queremos información sobre algo simplemente lo buscamos. Obtenemos infinidad de documentos al instante con información relevante o no, y rápidamente analizamos un determinado número de páginas o documentos para quedarnos con los más relevantes y con un vistazo rápido ir al punto concreto de información buscado. Una vez encontrado, no le damos la misma información, sabemos que la próxima vez que la necesitemos va a seguir siendo tan fácil de encontrar, así que no le damos mayor importancia.

Multipliquemos esto por prácticamente todas las operaciones que realizamos, ¿qué consecuencias está teniendo en nuestra mente?

  • Un aumento de la necesidad, que roza ya la dependencia, con Internet para la obtención de información.
  • La confianza en la facilidad de acceso a la información relaja el esfuerzo para recordarla.
  • Como nuestros recuerdos son imperfectos se tiende a utilizar Internet como verificador.
  • Disponemos de más información que nunca almacenada, pero en vez de en nuestra memoria en la memoria de nuestros ordenadores o en la nube.
  • Los nuevos hábitos interfieren con la adquisición de conocimientos más profundos.
  • Al ser también habitual en Internet la desinformación nuestro conocimiento puede ser de peor calidad si no existe un pensamiento crítico y lógico detrás que ayude a filtrarlo.

¿Qué pasaría si de repente dejáramos de disponer de estos servicios?

Para saber más

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