Publicaciones correspondientes al mes: diciembre 2022

Cómo conocernos (y no enloquecer en el intento).

Todos tenemos una opinión sobre cine, política o economía, pero ¿qué ocurriría si empezásemos a reflexionar sobre nuestra vida mental? Cultivar la forma en que nos hablamos a nosotros mismos es el puente hacia la plenitud y el bienestar.

Una voz yace dormida en las profundidades de nuestra psique. Es el diálogo interior que, como si de un león atrapado en una jaula se tratase, a veces se despierta para susurrar una crítica que resuena como un rugido. Alimentar a la bestia no es sencillo: estamos acostumbrados a que nos lance algún que otro bocado cuando nos dignamos a ofrecerle un mínimo cuidado. El resto del tiempo giramos en la rueda de una sociedad que incentiva las prisas, las rutinas automatizadas y la falta de pensamiento crítico; sin embargo, si el diálogo interior acaba muriéndose de hambre, no nos quedará nada, solo un vasto vacío.

Un punto de partida en este plan de rescate es definir el diálogo interior. De forma simplista, abarca todas las conversaciones que tenemos con nosotros mismos, pero para entender su importancia conviene rescatar los estudios de John Hurley Flavell, psicólogo especializado en epistemología y autor del concepto metacognición: la forma en que los humanos comprendemos nuestro propio funcionamiento mental, es decir, ese debate interno que analiza nuestros pensamientos con lupa, que disecciona nuestras emociones y que da significado a las interacciones sociales que tienen lugar en el día a día.

Gracias a esta capacidad somos capaces de perfeccionar procesos superiores psicológicos como la atención, la memoria, la inteligencia, las emociones, la motivación o el lenguaje. Sin embargo, no todo el mundo goza de la misma metacognición ya que, al igual que un músculo, se entrena y fortalece o se debilita cuando es ignorada. Si te interesa este artículo seguir leyendo.