La Feria del Metal celebrada en Santander los días 15 y 16 de octubre ha dejado claro que el sector metalúrgico en Cantabria no solo está vivo, sino que está en plena transformación. Con la participación de 48 empresas punteras, el evento ha puesto sobre la mesa más de 1.000 vacantes y una oferta formativa gratuita que convierte al metal en una opción profesional accesible, estable y con futuro.
Lejos de la imagen tradicional de talleres oscuros y trabajos físicos extenuantes, el sector del metal ha evolucionado hacia un entorno tecnificado, diverso y lleno de oportunidades. “El sector del metal ha dejado atrás la imagen de trabajo penoso en talleres. Hoy es un sector heterogéneo, tecnificado y con una enorme variedad de subsectores que van desde la automoción hasta las telecomunicaciones”, explicó Alberto Gómez Otero, secretario general de Pymetal y del Patronato de la Fundación Laboral del Metal.
En cifras, el metal en Cantabria representa entre el 40 y el 45% del PIB industrial y el 43% del empleo industrial, con más de 35.000 personas trabajando en unas 350 empresas. Estos datos no solo evidencian su peso económico, sino también su capacidad para generar empleo de calidad. De hecho, los salarios en el sector se sitúan aproximadamente un 30% por encima de la media nacional.
Pero la feria no se ha centrado únicamente en cubrir vacantes. Uno de sus pilares ha sido la formación gratuita, ofrecida por el Servicio Cántabro de Empleo, Pymetal y la Fundación Laboral del Metal. Cada año se lanzan numerosos cursos para quienes desean incorporarse al sector o mejorar su cualificación, sin barreras económicas. Esta apuesta por la profesionalización convierte al metal en una opción real para quienes buscan estabilidad y desarrollo profesional.
ROMPIENDO ESTEREOTIPOS EN EL SECTOR DEL METAL
Uno de los grandes retos que afronta el sector del metal es atraer nuevo talento, especialmente femenino. Aunque tradicionalmente ha sido percibido como un ámbito masculinizado, la realidad actual es muy distinta. La tecnificación de los procesos ha transformado el perfil profesional requerido, eliminando barreras físicas y abriendo las puertas a una participación más diversa. Tal y como subrayó el secretario general del sector, “el metal no entiende de género”. La incorporación de mujeres no solo es posible, sino necesaria para enriquecer el sector con nuevas miradas, capacidades y enfoques.
¿Qué puede hacer la educación ante este panorama?
Desde el ámbito educativo, especialmente en la Formación Profesional, este tipo de eventos son una oportunidad para conectar la enseñanza con la realidad del mercado laboral. El metal en Cantabria no es solo industria: es innovación, empleo, formación y equidad. Y todo empieza en las aulas.