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22 de febrero, Día de la Igualdad Salarial.

Las mujeres ganan de media 5.200 euros menos al año que los hombres. Esto significa que las mujeres tienen que trabajar dos meses más que los hombres para ganar lo mismo y que no se está cumpliendo la obligación de retribuir igual los trabajos que son iguales o que tienen el mismo valor. Los resultados de la última encuesta de estructura salarial revelan que la brecha salarial entre mujeres y hombres es del 18,36%, lo que supone solo una reducción de 5,57 puntos en la última década.

Las mujeres ganan menos que los hombres en prácticamente todas las secciones de actividad. El 25% de las mujeres perciben ganancias menores o iguales al salario mínimo interprofesional, en el caso de los hombres no llega al 11%. Siete de cada 10 personas que trabajan a tiempo parcial son mujeres, siendo la responsabilidades de cuidados la causa para el 16,5 % de estas mujeres frente al 3,4% en el caso de los hombres. La desigualdad económica a lo largo de la vida tiene su efecto en las pensiones de jubilación en las que se alcanza una brecha del 32,37%. El tipo de contrato, de jornada, el sector de actividad, la antigüedad en la empresa, los complementos salariales o la falta de corresponsabilidad en las tareas domésticas y de cuidados son factores determinantes de la brecha salarial de género.

Para acabar con la desigualdad retributiva entre mujeres y hombres es imprescindible actuar sobre todas las causas. Hoy es el día empezar a:

  • Desterrar estereotipos y roles de género en la formación y el empleo,
  • Acabar con la división sexual del trabajo no hay trabajos de mujeres y trabajos de hombres,
  • Romper los techos de cristal que limitan la presencia de las mujeres en puestos directivos,
  • Destruir el suelo pegajoso que concentra a las mujeres en los trabajos más precarizados y peor remunerados,
  • Reconocer visibilizar y valorar adecuadamente los trabajos de cuidados y los desempeñados mayoritariamente por mujeres,
  • Eliminar el impacto negativo de la maternidad en el empleo,
  • Incrementar la contratación de las mujeres a tiempo completo,
  • Exigir la corresponsabilidad de los hombres en las tareas domésticas y de cuidados,
  • Organizar y flexibilizar el tiempo de trabajo de forma que la conciliación de la vida personal familiar y laboral sea una realidad para hombres y mujeres,
  • Y aplicar políticas retributivas transparentes basadas en criterios objetivos y neutros y hacer efectivo el principio de igual retribución por trabajo de igual valor.