Cada año, el Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE) nos recuerda una realidad incómoda: la brecha salarial sigue siendo una asignatura pendiente en Europa. En 2025, la Comisión Europea ha fijado el 17 de noviembre como la fecha simbólica a partir de la cual las mujeres trabajan “gratis” hasta final de año. ¿Por qué? Porque, de media, las mujeres ganan un 12% menos que los hombres. Esto significa que, aunque desempeñen las mismas funciones, sus ingresos anuales equivalen al 77% de los de los hombres. Para igualar lo que ellos ganan en un año, las mujeres tendrían que trabajar 15 meses y 18 días. Tres meses y medio de trabajo invisible que no computa para pensiones, ni para derechos futuros. De hecho, la brecha en pensiones alcanza el 25% en la UE.
¿Por qué ocurre esto?
- Persisten roles de género que orientan a las mujeres hacia disciplinas menos valoradas económicamente.
- La carga de cuidados y tareas domésticas sigue recayendo mayoritariamente sobre ellas.
- Las mujeres ocupan menos puestos de liderazgo y poder, el ámbito con peor puntuación en el índice de igualdad.
¿Dónde estamos en España?
Buenas noticias: España se sitúa cuarta en el ranking europeo, con 70,9 puntos, por detrás de Suecia, Francia y Dinamarca, y muy por encima de la media europea (63,4). Además, destaca en avances en representación política y toma de decisiones.

¿Qué necesitamos para cambiar esto?
Como señala Carlien Scheele, directora del EIGE:
“Tenemos que hacer realidad la igualdad salarial, crear sistemas de cuidado que liberen tiempo y repartan la carga, y fijar objetivos de liderazgo que conviertan el potencial de las mujeres en poder”.
La igualdad plena no llegará antes de 50 años si no aceleramos el cambio. Cada día que pasa sin medidas efectivas, las mujeres pierden tiempo, oportunidades y derechos. La brecha salarial no es solo una cuestión económica: es una cuestión de justicia social.

























