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Conoce a Reachy, el expresivo robot de código abierto presentado en el CES 2020

Los brazos de Reachy están inspirados biológicamente y tienen siete grados de libertad de movimiento y se pueden equipar con una serie de manipuladores especiales, desde pinzas de agarre hasta manos humanoides de cinco dedos.

Parece que todo el mundo ya está entrando en serio en el juego de inteligencia artificial y robótica, al menos con las empresas e instituciones de investigación que pueden permitirse el lujo de construir sus plataformas desde cero. La firma Pollen Robotics de Francia, por otro lado, tiene como objetivo iniciar la revolución de la robótica con su sistema de código abierto, Reachy.

Conocimos a Reachy durante su presentación en el CES 2020, donde desafié (y vencí) al robot en un juego de gato. Sin embargo, el robot, siendo de código abierto, es capaz de hacer mucho más. Los desarrolladores pueden usar la plataforma Python para crear innumerables aplicaciones para el sistema, mientras que la naturaleza modular del robot permite cualquier cantidad de usos, ya sea servicio de alimentos, servicio al cliente, demostraciones, investigación y desarrollo. El sistema viene con una inteligencia artificial  incorporada que debería ayudar a los desarrolladores a saltar directamente al meollo de su investigación sin tener que entrenar primero el componente de aprendizaje automático.

Los brazos de Reachy están inspirados biológicamente y tienen siete grados de libertad de movimiento y se pueden equipar con una serie de manipuladores especiales, desde pinzas de agarre hasta manos humanoides de cinco dedos. La compañía desechó un diseño más emotivo al estilo de Wall-E en favor de un modelo con una articulación de cuello especializada que permite que la cabeza del robot gire, se mueva e incline de una manera sorprendentemente humana.

Costará 9 mil dólares, mientras que la versión superior de doble brazo y cabeza te costará alrededor de 17 mil dólares. La compañía espera tener su primer lote de Reachys listos para enviar en un futuro próximo.

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Nuevas formas de educar gracias a la realidad virtual

Lejos quedaron los días en los que viajar en el tiempo era un sueño o parte de la ficción, al igual que transportarte a cualquier lugar del planeta e incluso a la Luna. Gracias a la realidad aumentada, virtual y mixta es posible vivir estas y otras experiencias desde la escuela.

Realidad extendida en la educación

La realidad aumentada, virtual y mixta, comprendidas bajo el término de Realidad extendida, son tecnologías que vienen ganando terreno en los últimos años y sus aplicaciones son cada vez más diversas. Una de ellas, es la educativa, en la cual ha demostrado ser muy útil y beneficiosa tanto para alumnos y profesores.

Cabe mencionar que Realidad Extendida es el término reciente que hace referencia a la combinación de entornos reales y virtuales, además de las interacciones que el usuario ejecuta en ese entorno. Para ello, hace uso de dispositivos como lentes o smartphones, según el tipo de realidad. En el campo de la educación, la realidad extendida se viene aplicando en aulas, a un público joven, debido a que es una tecnología impactante, fácil de utilizar, versátil y que otorga una experiencia inmersiva. Los centros educativos que deciden apostar por esta tecnología van en aumento al notar que es una herramienta que complementa la formación tradicional.

Estas herramientas no buscan sustituir la educación tradicional, sino que permiten potenciarla de manera innovadora, visual e interactiva. De esta manera, los alumnos pueden aprender con mayor facilidad y profundizar temas. Asimismo, estas tecnologías son aprovechadas para desarrollar contenido acorde a los niveles educativos, complejidad y temática, permitiendo que el alumno adquiera información y conocimientos acorde a su nivel y curso.

Algunos de los usos más destacados son: viajes a otros lugares, viajes en el tiempo, exploración de lugares, estudio del cuerpo humano, exploración de otras culturas y realidades, orientación profesional, etc. Incluso, estudiantes de niveles más avanzados, pueden desarrollar sus propias aplicaciones debido a que son compatibles con diversos motores gráficos 3D.

El impacto de la tecnología en la educación

Hoy en día, aun se asocia el uso de las tecnologías al ocio. Sin embargo, estudios han demostrado que todo depende cuál sea su uso, pero un buen enfoque representa una excelente herramienta de aprendizaje.

Se demostró que existe una relación positiva aplicada en la educación ya que facilita la comprensión al hacer que mantengan la atención, fomenta la autonomía debido a que desarrollan el autoaprendizaje, anima al trabajo en equipo, trabaja el pensamiento crítico al encontrarse ante diversos puntos de vista y generar debate, y es flexible lo que permite que el estudiante aprenda a su ritmo.

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Muere Chuck Peddle, el ingeniero que hizo los microchips accesibles a todo el mundo


Chuck Peddle, galardonado con el premio Edward T. Bryand Engineering

Es fácil olvidarlo, viviendo en un mundo en el que prácticamente cualquiera puede permitirse un smartphone más potente que la mayoría de ordenadores de la historia; pero hubo un tiempo en el que sólo las grandes universidades y empresas podían permitirse el lujo de tener un sistema informático, tanto por el precio como por el tamaño.

Incluso cuando los primeros microchips de silicio aparecieron en el mercado, su precio era desorbitado y sólo al alcance de unos pocos; pero ¿qué necesidad había de cambiar eso? Para muchos fabricantes, ninguna. Sólo tenían unos pocos clientes, pero los justos y necesarios para mantenerse a flote.

Por eso, cuando Motorola presentó el 6800, uno de los primeros microprocesadores del mercado, a nadie le sorprendió que fuese inaccesible para la inmensa mayoría de la gente. No era un producto dirigido a cualquiera, por diseño y por costes; pero había alguien en la compañía que no estaba de acuerdo con esto: Chuck Peddle.

Chuck Peddle, mejorando el acceso a la informática

Peddle, un ingeniero electrónico de Motorola, supo ver el potencial que los nuevos microchips de silicio tenían para reducir los costes de fabricación y por lo tanto, bajar los precios; pero también vio que sus jefes no estaban interesados en vender más unidades con un margen menor.

Así que dejó uno de los puestos más deseados de la industria, junto con algunos compañeros, para trabajar con gente que pensaba igual, en MOS Technology; su objetivo era diseñar un microchip barato, pero tan capaz como ningún otro. Una tarea que fue vital para popularizar la informática y llevar los ordenadores a los hogares, aunque Peddle aún no sabía eso.

En perspectiva, el lanzamiento del MOS 6502 en 1975 fue uno de los más importantes de la historia de la informática; aunque su precio, una de las características en los que los compradores se fijaban, fuese una sexta parte del de la competencia.


Chip MOS 6502

La clave es que, pese a costar apenas 25 dólares (130 dólares al cambio actual), el MOS 6502 era uno de los procesadores más completos del mercado; quienes compraban hardware basándose en la lista de precios estaban perdiéndose la ganga del siglo. Parece una broma, pero ese fue un problema real para MOS, que no tenía un nombre reconocible.

Los primeros ordenadores personales

Eso cambió cuando grupos de empleados dentro de MOS, incluido el propio Peddle, crearon ordenadores en el 6502; con forma de tarjeta, el KIM-1 era absurdamente barato y pequeño, pese a ser una computadora completa. Tuvo mucho éxito entre entusiastas y consiguió llamar la atención de muchos pioneros de la época; el 6502 se convirtió en el pilar de muchos proyectos, incluidos algunos precursores del ordenador personal tal y como lo conocemos.

Puede que te suene el nombre de uno de estos proyectos: el Apple I. En efecto, el primer ordenador creado por Steve Wozniak y vendido por Steve Jobs se basaba en el 6502; su éxito les permitió crear el Apple II, uno de los ordenadores personales más famosos de la historia que, por supuesto, tenía un MOS 6502.

Pero el ordenador que realmente descubrió al mundo las posibilidades de los ordenadores personales con el 6502 fue el Commodore PET, donde Peddle también tuvo mucho que decir; y de hecho, Commodore decidió comprar a MOS, dándose cuenta de que un nuevo mercado había nacido. Los propios Wozniak y Jobs estuvieron a punto de vender Apple a Commodore cuando descubrieron que esta última se había hecho con MOS, reconociendo su potencial.

Commodore PET

Un legado que aún perdura

En los años siguientes, el MOS 6502 inspiró a muchos sistemas informáticos baratos para las masas, incluyendo la clásica consola Atari 2600 y el BBC Micro. Diez años después de su lanzamiento, el 6502 aún daba guerra, demostrando lo avanzado que era; fue la base del procesador de la primera consola de Nintendo, la NES, por ejemplo.

 

 

 

En cuanto a Peddle, después de revolucionar el mercado de la informática con su visión, decidió fundar su propia compañía, Sirius, donde desarrolló sus propios ordenadores personales. También exploró nuevos conceptos, como discos duros extraíbles que fueron los predecesores de las memorias USB actuales.

Aunque el nombre de Chuck Peddle no es tan inmediatamente reconocible como los de otros genios de la época, no podemos olvidar que fue su afán y sus decisiones las que fomentaron la bajada de precios en el sector informático, y la llegada de los ordenadores a las casas. Charles Ingerham "Chuck" Peeddle falleció el pasado 15 de noviembre en su casa de Santa Cruz, California, a los 82 años; la causa de la muerte fue un cáncer pancreático.

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Google cumple 20 años convertido en una extensión de nuestro cerebro

Estamos perdiendo la cabeza por Google. Después de 20 años, los productos de Google se han vuelto parte de nuestra vida diaria, lo que ha provocado que la estructura de nuestra arquitectura cognitiva cambie y que, como consecuencia, nuestras mentes se expandan hacia el ciberespacio. Esto no es ciencia ficción, sino una de las implicaciones de la que se conoce como “la teoría de la mente extendida”, un punto de vista ampliamente aceptado en filosofía, psicología y neurociencia.

No cabe duda de que este es un cambio abrupto de la psicología humana, probablemente el mayor cambio con el que hayamos tenido que lidiar, y está ocurriendo a una velocidad apabullante. Después de todo, este mes Google cumple tan solo 20 años. Y aunque este cambio tenga consecuencias positivas, también trae consigo algunos problemas muy preocupantes a los que tenemos que enfrentarnos.

La mayor parte de mis investigaciones abarca asuntos relacionados con la identidad personal, la mente, la neurociencia y la ética. Desde mi punto de vista, cuanto mayor sea nuestro consumo de las características “personalizadas” de la Inteligencia Artifical de Google, mayor parte de nuestro espacio cognitivo le cedemos, lo que provoca que tanto la privacidad mental como la habilidad de pensar con libertad disminuyan. Además, se están encontrando pruebas de la posible relación entre el uso de la tecnología y problemas de la salud mental. Dicho de otra forma, no es seguro que nuestras mentes puedan soportar el estrés provocado por la tecnología. De hecho, puede que estemos cerca de alcanzar un punto de inflexión.

¿Dónde se acaba la mente y empieza el resto del mundo?

Esta fue la pregunta que plantearon en 1998 (el mismo año en el que Google salió a la luz) dos filósofos y científicos cognitivos, Andy Clark y David Chalmers, en el ya famoso artículo La mente extendida. Antes de su publicación, la respuesta más común entre los científicos era que la mente acababa en los límites del cráneo y la piel (básicamente, los límites del cerebro y del sistema nervioso).

Sin embargo, la respuesta de Clark y de Chalmers era algo más radical. Sostenían que, cuando integramos elementos del mundo exterior en nuestro proceso de pensamiento, esos elementos externos interpretan el mismo papel en nuestro proceso cognitivo que el que realiza nuestro cerebro. Como resultado, forman parte de nuestra mente en la misma medida que nuestras neuronas y conexiones sinápticas. La teoría de Clark y Chalmers produjo revuelo, pero, desde entonces, muchos otros expertos se han posicionado a su favor.

Nuestras mentes están conectadas con Google

Aunque Clark y Chambers publicaron su artículo antes de la llegada de los smartphones y del 4G, los ejemplos que utilizaron eran fantásticos: por ejemplo, el de un hombre que integraba un cuaderno en su vida diaria como si fuera una memoria externa. Como demuestran trabajos más recientes, la teoría de la mente extendida influye directamente en nuestra obsesión por los teléfonos móviles y otros dispositivos conectados a la web.

Cada vez más gente vive sometida bajo el yugo de los smartphones desde que se despiertan hasta que se acuestan. Es ya parte de nuestra naturaleza utilizar las aplicaciones de Google (motor de búsqueda, calendario, mapas, documentos, asistente de fotografía y demás). La fusión de nuestros procesos cognitivos con Google es una realidad. Parte de nuestra mente se encuentra hospedada, literalmente, en los servidores de Google.

Pero ¿acaso importa? Sí, importa por dos razones principalmente.

La primera es que Google no es una herramienta cognitiva pasiva. Sus últimas actualizaciones, dirigidas hacia la IA y hacia el aprendizaje automático, se centran en las sugerencias. Google Maps no solo te indica cómo llegar hasta donde quieras llegar (a pie, en coche o en transporte público), sino que también envía sugerencias personalizadas de lugares que cree que te interesarán.

Google Home, el asistente virtual de Google, que está a solo dos palabras de nosotros (“Ok, Google”), no solo nos informa rápidamente de lo que necesitamos, también puede organizar citas y reservar mesa a nuestro nombre en un restaurante.

Gmail hace sugerencias de lo que deduce que queremos escribir y, ahora, Google News nos envía notificaciones sobre noticias que imagina que serán de nuestro interés. Todo esto elimina la necesidad de pensar y de tomar decisiones por nosotros mismos. Google, afirmo de nuevo, completa, literalmente, los espacios vacíos de nuestros procesos cognitivos y de nuestras mentes, lo que causa que tanto la privacidad mental como la habilidad de pensar con libertad se retraigan.

¿Adicción o integración?

La segunda razón es que no parece que a nuestra mente le siente bien estar esparcida por internet. La preocupación por la “adicción a los móviles” ya no es un asunto marginal. Según informes recientes, el usuario medio del Reino Unido mira su móvil cada 12 minutos. Este hábito produce gran cantidad de efectos psicológicos negativos que acabamos de empezar a descubrir. La depresión y la ansiedad son los dos más relevantes.

Sin embargo, desde mi punto de vista la palabra “adicción” solo es otra manera de nombrar a la integración mencionada anteriormente. En mi opinión, la razón por la que nos cuesta tanto dejar de lado nuestros teléfonos móviles es que los hemos integrado en nuestros procesos cognitivos diarios. Cuando los usamos, pensamos. Por eso no es de extrañar que nos cueste dejar de utilizarlos. Hoy en día, que te quiten el teléfono móvil es parecido a que te practiquen una lobotomía. Para acabar con esa adicción/integración, y para recuperar nuestra salud mental, debemos aprender a pensar de otra manera y reconquistar nuestra mente.

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Coche eléctrico: por qué ha resurgido después de fracasar el siglo pasado

El año pasado (2018), las ventas de vehículos eléctricos e híbridos plug–in (enchufables) sumaron 408.000 unidades en Europa y 2,1 millones en todo el mundo. Los números suponen un 50 % más, aproximadamente, que en 2017. Para este 2019, se espera alcanzar otro aumento cercano al 50 %. Se podrían superar los tres millones de vehículos eléctricos vendidos en un año.

Se trata de las cifras de una revolución tecnológica e industrial. Incrementos de ventas y producción de dos dígitos (e incluso de tres en algunos países) se unen a aumentos de eficiencia nada despreciables. Los vehículos eléctricos consumen un tercio de lo que gastan los vehículos de combustión. Y por si esto fuera poco, se cortan de raíz las emisiones de dióxido de carbono, el gas más importante en la fracción del efecto invernadero debida a la actividad humana.

Críticas al coche eléctrico

La transformación a la movilidad eléctrica se está produciendo de forma tan intensa que parece irreversible. A pesar de ello, algunas voces se levantan periódicamente argumentando que los coches eléctricos contaminan más que los de gasolina, puesto que obtienen la energía de centrales de combustión.

Este razonamiento es inicialmente cierto, pero se trata de una fotografía que quedará rápidamente desfasada. Basta comprobar qué está sucediendo con las centrales eólicas y solares. En 2018, la energía eólica proporcionó el 14 % de la demanda total de energía en la Unión Europea. En 2013 era solo el 7 %.

El 95 % de las nuevas instalaciones energéticas de la UE corresponden a energías renovables. De ellas, el 45 % son de energía eólica. Esta última es la forma de generación de electricidad mayoritaria en Europa; ha superado recientemente al gas natural.

Tanto la movilidad como la generación de energía eléctrica se están transformando, rápida y definitivamente, hacia formas más eficientes y sostenibles.

Electricidad, gran olvidada en automoción

Quién hubiese dicho a inicios del siglo XX, cuando una buena parte de los automóviles ya eran eléctricos, que la tecnología se abandonaría durante más de cien años. Y que volvería a resurgir. ¿Cuál fue la causa? ¿Por qué los automóviles fueron primero eléctricos, después de combustión interna y ahora vuelven los eléctricos?


automóvil eléctrico de Thomas Parker, allá por 1895

La respuesta está en las baterías. Estos dispositivos, que transforman energía química en electricidad, eran inicialmente de plomo (óxido de plomo). Se trata de una robusta tecnología, puesto que aún se fabrica masivamente hoy en día. Pero es demasiado pesada.

Para obtener un mínimo de potencia en el vehículo, deben ensamblarse en serie un buen número de baterías. Por ello el peso es un parámetro clave. Las baterías de plomo no tuvieron nada que hacer frente a la ligereza del combustible derivado del petróleo, de ahí su proliferación durante todo el siglo XX.

Las crisis petrolíferas y los problemas de contaminación incentivaron la investigación en tecnologías alternativas. Las baterías eléctricas entraron de nuevo en el escenario. Y más, teniendo en cuenta las nuevas propuestas.

Las baterías de níquel-cadmio, así como las baterías basadas en metales alcalinos, por ejemplo, fueron usadas en tímidas propuestas durante los años setenta y los ochenta del siglo XX. Pero no solucionaron el problema. Ni con montajes que ocupaban todo el espacio disponible en el vehículo (¡incluyendo el habitáculo de los pasajeros!) fue posible obtener potencias y autonomías mínimamente suficientes.

La situación cambió radicalmente a mediados de los noventa, con la aparición de las baterías de ion-litio, suficientemente ligeras y potentes como para facilitar la actual transición al vehículo eléctrico. Su evolución no ha sido fácil, puesto que requería desarrollar los denominados compuestos de intercalación. Estas sustancias sirven de soporte para que el litio, el metal más ligero que existe, se intercambie entre ambos electrodos mientras genera corriente eléctrica.

Las modernas baterías de ion–litio no son un tema cerrado. Se están investigando otras opciones como las baterías de litio–aire (muchísimo más ligeras), las de litio–azufre, las de ion– sodio, las baterías de combustible (principalmente hidrógeno) y las baterías de flujo.

Más allá de los coches

Su futura aplicación no será solo el automóvil. Puesto que la electricidad no puede almacenarse, es necesario disponer de almacenes de energía o dispositivos que se recargan mediante la red eléctrica, pero que guardan la energía para posterior uso también mediante electricidad. Las viviendas, instalaciones industriales, plantas potabilizadoras de agua e incluso instalaciones agrícolas y ganaderas podrán hacer buen uso de estas baterías, altamente eficientes y no contaminantes.

Se avecina, pues, una verdadera transformación industrial. La fabricación de baterías será un sector mucho más estratégico de lo que ya es hoy en día, con espacio para la fabricación tanto a nivel masivo, como a nivel de nicho. Harán falta tecnologías muy variadas, que servirán a aplicaciones muy específicas.

En este sentido, Europa en general, y España en particular, van con retraso. La Unión Europea tiene prevista una promoción intensa del sector, que debería permitir una presencia en el mercado mucho más elevada que la actual. Alemania, Francia, Polonia y los países escandinavos han activado intensos programas de incremento de producción.

Las previsiones para España son más pesimistas, puesto que anticipan una participación marginal en la cuota de mercado, incluso dentro de diez años. Algo que nos debe alertar e incentivar.

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