Publicaciones correspondientes al mes de: mayo 2018

Windows 10 y Ubuntu 18. Guía de instalación en un mismo equipo

Juan Ranchal || MuyComputer

Windows 10 y Ubuntu 18 es una combinación excelente para aprovechar las ventajas del sistema operativo de referencia en Microsoft y la distribución GNU/Linux más popular del mercado propuesta por Canonical.

La reciente liberación de Ubuntu 18.04 LTS (versión importante por su soporte de largo término) y el inminente lanzamiento de la nueva versión mayor de Windows 10, conocida como Spring Creators Update y que puede llegar como Windows 10 April 2018 Update, nos permite actualizar una guía de instalación que hemos venido realizando con versiones anteriores de Windows y Ubuntu.

Windows 10 y Ubuntu 18 es una combinación ideal, pero no la única, y la guía sirve básicamente para instalar dos o más sistemas operativos, sean otros Windows, Linux o incluso macOS bajo hackintosh. En todos los casos y más allá de discusiones insustanciales sobre cuál es “el mejor sistema operativo” del mercado, el objetivo es aprovechar las ventajas de cada uno (que las tienen) y en este caso concreto, que un usuario típico de Windows pueda instalar y probar Linux. Algo que jamás ha sido tan sencillo como verás.

Windows 10 y Ubuntu 18: planteamiento inicial

Ubuntu 18.04 LTS (nombre en clave Bionic Beaver) puede instalarse como cualquier sistema operativo en un equipo compatible, de diversas maneras. Puede ejecutarse como “Live CD” o “Live USB” ejecutándose desde estos mismos dispositivos externos y sin necesidad de tocar para nada sistemas instalados como Windows. Es la opción preferente para empezar en el mundo Linux y para pruebas. Otra manera sin tener que modificar sistemas instalados es utilizando máquinas virtuales en equipos con Windows, OS X o Linux.

También puede instalarse en un equipo que ya tenga otros sistemas operativos. Es la opción ideal por rendimiento y utilidad aunque ya exige realizar una serie de cambios en el equipo. Es la opción que vamos a revisar en este práctico, instalando Ubuntu 18 en un portátil con Windows 10 actualizado a la última versión. El resultado será dos sistemas operativos en el mismo equipo (juntos pero no revueltos) a los que podremos acceder en segundos gracias al gestor de arranque que ofrece Ubuntu.

Equipo hardware

Sobre el papel, cualquier equipo con Windows 10 instalado o en el que instalemos una copia nueva del sistema de Microsoft, está capacitado para ejecutar Ubuntu 18 porque sus requisitos mínimos de hardware son muy similares. Eso sí, no podemos olvidar que Windows tiene un soporte hardware mucho más completo que Linux y los grandes fabricantes no suelen soportar Ubuntu de manera oficial y general salvo equipos específicos.

Por ello, puede suceder que algún componente secundario no te funcione correctamente. Afortunadamente, el hardware primario (placa, procesador y gráfica) van a funcionar en la inmensa mayoría de equipos porque Ubuntu cuenta hoy con un gran soporte para las arquitecturas principales y controladores, sean usando drivers libres o privativos.

Para que tengas una referencia, el equipo donde realizamos la prueba es un portátil MSI Leopard con procesador Core i7-7700HQ, 16 GB de RAM, una gráfica integrada Intel 630, una dedicada GeForce GTX 1050 y una SSD que reemplazó en su día al disco duro instalado originalmente. El equipo cumple sobradamente los requisitos hardware de ambos sistemas y está actualizado a Fall Creators Update.

Preparando particiones

Como va a suceder en la mayoría de equipos con Windows, nuestro portátil tiene ocupado el total de la capacidad de la SSD de 256 Gbytes con una partición, pero tiene espacio libre en ella para instalar Ubuntu 18.04 como vamos a ver. Si tu equipo cuenta con una partición adicional (como te hemos recomendado en otras guías) que puedas vaciar o tienes una segunda SSD (o disco duro) puedes utilizarla. Lo mismo si vas a realizar la instalación en un equipo de sobremesa. Si tienes varias SSD o discos duros instalados puedes dedicar uno de ellos para Linux.

No es obligatorio hacerlo y para este caso práctico no es posible, por lo que necesitamos liberar espacio para las particiones de Ubuntu de la siguiente manera:

  • Accedemos al administrador de discos de Windows 10 desde el Panel de control > Herramientas administrativas o empleando el comando “compmgmt.msc” desde la ventana ejecutar.

  • Como verás, tenemos una partición reservada para el sistema y el resto en una partición primaria “C” ocupada con la instalación de Windows 10 que es la que tendremos que reducir para lograr espacio. Para ello pulsamos con el botón derecho sobre ella y marcamos sobre “reducir volumen”.

  • La herramienta comprobará el espacio libre disponible en la partición “C” y mostrará el máximo en la que la podamos reducir la partición (en nuestro caso 88730 MB. Fijamos en 60000 MB el espacio a reducir y ese será el tamaño de la partición para Ubuntu. El tamaño es orientativo. Un usuario que trabaje a diario con Ubuntu necesitará más capacidad pero en nuestro caso, para pruebas, tenemos de sobra y realmente no podemos liberar más espacio. Como hemos dicho, en un equipo de producción necesitarás más espacio.

  • Veremos como rápidamente se habrá creado un espacio en disco adicional vacío. No toques nada más ni crees nuevas particiones. Ya se encargará el instalador de Ubuntu de crear las particiones necesarias en el espacio libre que hemos creado.

El administrador de discos de Windows 10 es suficiente para manejo básico de particiones, pero si necesitas algo más avanzado puedes acudir a software especializado. Entre los que más nos gusta destacamos el EaseUS Partition Master que tiene versión gratuita. Su manejo no es sencillo y hay que saber lo que se hace, pero funciona de forma automatizada y con él obtendremos control total de las particiones.

Descargando Ubuntu

Accedemos a la página web oficial que ha preparado Canonical y descargamos la versión que nos interese. En nuestro caso optamos por la imagen .ISO de Ubuntu para escritorio (“ubuntu-18.04-desktop-amd64.iso”). Ya te informamos que Canonical eliminó la edición de 32 bits, por lo que la edición de 64 bits es la referencia del lanzamiento. Puedes obtenerla en descarga directa o vía Torrent si los servidores están saturados.

También puedes optar por instalar las otras variantes de la familia Ubuntu:

En cualquier caso, el proceso de instalación es el mismo con cualquiera de las variantes para lo que nos interesa en este artículo.

Preparando medio de instalación

Una vez descargado Ubuntu 18.04 LTS podemos utilizar un medio óptico (DVD) o una unidad USB (pendrive o disco externo). Vamos a utilizar ésta última, mucho más rápida (USB 3.0) y versátil, además que el MSI donde vamos a instalarlo carece de unidad óptica.

Para ello utilizamos una herramienta que nunca falta en nuestra colección, Rufus, aunque puedes emplear tu aplicación favorita. Descargamos y ejecutamos Rufus. Tiene opción portable que no necesita instalación y funciona a la perfección.

Insertamos el medio USB que utilizaremos en la grabación y seleccionamos la imagen ISO recientemente descargada de Ubuntu. Como tipo de partición vamos a utilizar “GPT para UEFI” que es el que estamos utilizando en el portátil.

Gestionando BIOS / UEFI y orden de arranque

Ya hemos hablado de la problemática de UEFI (reemplazo de las BIOS) a la hora de instalar otros sistemas operativos más allá del Windows 10/8 pre-instalado. Desde Windows 8,  los fabricantes han implementado el firmware conocido como UEFI, una extensión del proyecto EFI de Intel (también usado en equipos Mac) escrito en lenguaje C. Un reemplazo (muy necesario e igulamente criticado) de unas BIOS de 25 años de antiguedad que proporciona mayor flexibilidad, potencia y facilidad de uso mediante una interfaz de usuario gráfica, pero que complica la instalación de otros sistemas.

Aprovechando las posibilidades de las UEFI, Microsoft activó (a partir de Windows 8) un “sistema de arranque seguro” denominado Secure Boot que obliga a firmar el firmware y el software protegiendo el proceso de arranque del sistema. Varias distribuciones GNU/Linux añadieron soporte para poder instalarse. De hecho, Ubuntu soporta UEFI hace algunas versiones a través del Secure Boot System oficial de Microsoft para Linux, publicado por la Fundación Linux.

Aún así, en este equipo, hemos tenido algunas complicaciones para ajustar la configuración de Secure Boot y UEFI. Si tienes problemas para manejar este tipo de instalaciones mezclando Windows con Linux o utilizando varios Windows como puede ser una instalación dual de Windows 7 y Windows 10, tendrás que utilizar MBR, prescindir de UEFI y sobre todo del Secure Boot.

Instalando Ubuntu 18.04 LTS

La instalación de un Linux como la última versión de Ubuntu ha avanzado de una manera extraordinaria, en un proceso -casi- completamente automatizado y rapidísimo. Antes de instalar debes asegurarte que la unidad desde donde vamos a instalar el sistema esté por delante de la que contiene el arranque del disco duro o SSD. Entramos en la BIOS/UEFI y seleccionamos la unidad USB como primer dispositivo de arranque.

En este equipo con SSD y desde un USB 3.0, la instalación se completa en apenas 5 minutos. Lo vemos en detalle:

  • Colocamos el pendrive que hemos preparado y reiniciamos el equipo. El menú de arranque de Ubuntu nos permite probar el sistema en modo “Live CD” para prueba o instalar en disco. Elegimos la segunda opción y continuamos:

  • Seleccionamos español como idioma de instalación.
  • No actives la descarga de actualizaciones ni la instalación de software de terceros. Lo haremos posteriormente desde el mismo sistema.
  • La siguiente pantalla sí es importante y refiere al tipo de instalación. Si controlas las particiones en Linux puedes crearlas a tu gusto utilizando la pestaña “Más opciones”, establecer tamaño, punto de montaje o instalación del cargador de arranque. Si no eres un experto no te compliques la vida porque no es obligatorio hacer nada de eso.
  • Como verás, el instalador reconoce una instalación de Windows 10 y te ofrece instalar Ubuntu junto a él. Esta es la opción que debes elegir sin tocar para nada las particiones.

  • En esa configuración, Ubuntu creará sus propias particiones en el espacio de la SSD (60 GB) que si recuerdas dejamos libre e instalará el sistema.
  • No hay que hacer nada más salvo indicar el nombre del usuario y contraseña de administrador que utilizaremos. La instalación, como decíamos, es rapidísima en una SSD.

Windows 10 y Ubuntu 18

Una vez completada la instalación de Ubuntu ya tendremos disponible el cargador de arranque, pero es probable que en este tipo de configuraciones UEFI, seleccione por defecto la instalación de Windows. No queremos eso por lo que tendremos que acudir de nuevo a la BIOS y modificar el orden de arranque.

La configuración dependerá de cada equipo y BIOS en particular, pero el objetivo es el mismo, seleccionar la instalación de Ubuntu como primera de arranque para cargar Grub. En el portátil MSI de prueba se realiza desde aquí:

Una vez gestionada la BIOS ya podemos reiniciar el equipo y encontrarnos con el gestor Grub que nos permite ese arranque dual que buscamos, Ubuntu o la copia previa de Windows 10 (desde Windows Boot Manager).

Finalmente, aquí tenemos el nuevo Ubuntu 18.04, ofrecido gratuitamente como software libre bajo licencia GPL. Una versión importante por el soporte de largo término que ofrece. No nos vamos a extender en sus características porque no es el objetivo de este artículo, pero si lo necesitas, puedes revisar un primer vistazo con las novedades que han publicado nuestros compañeros de MuyLinux.

Por lo demás, recomendar este tipo de instalaciones para usar varios sistemas en el mismo equipo. Sus posibilidades no se acaban con los sistemas utilizados y se pueden utilizar otros Linux, sistemas como Windows 7 e incluso un OS X bajo hackintosh. Sólo hay que tener espacio de almacenamiento libre, cuidar el orden de instalación, lidiar con UEFI y Secure Boot (o anularlos) y tener tiempo y ganas para todo el proceso.

Concluimos insistiendo que Windows 10 y Ubuntu 18 es una combinación excelente para disfrutar de la versión más avanzada del sistema operativo líder del escritorio y de la última versión de la distribución GNU/Linux más popular del mercado. No te dé miedo. La instalación es sencilla y si aún no estás seguro, emplea una máquina no productiva para las pruebas y a disfrutar de ambos.

Un par de consejos finales

  • Si se está utilizando un HDD en lugar de un SSD suele ser recomendable desfragmentar la partición en la que se va a instalar el segundo sistema operativo antes de empezar a cambiar su tamaño.
     
  • El principal problema que puede tener un sistema operativo basado en Linux es que no reconozca la tarjeta wifi, por lo que si esto sucede no suele haber ningún problema en usar un cable para conectarse directamente al router utilizando ethernet o en conectar el móvil mediante USB al ordenador y activar el modo modem USB desde la configuración de Android para funcionar con la tarifa de datos e investigar sobre las posibilidades de hacer funcionar el wifi. Siempre es recomendable investigar sobre el tema antes de instalar nada (si se va a querer disponer de conexión a internet, claro está).

+INFO:

Disipadores de calor o radiadores en una FA de cc


Diversos radiadores para disipar el calor de semiconductores

Ya vimos en anteriores post cómo funcionan y se diseñan las fuentes de alimentación de corriente continua (FA de cc) lineales. Lo último que vimos fueron Los reguladores de tensión. Pero ahí no acaba todo lo que hay que saber sobre las fuentes de alimentación: todo lo que funciona en electrónica genera un calor… y ese calor hay que tenerlo en cuenta. De eso es lo que tratamos en este post con el que finalizamos las FA.

En las FA de cc lineales, se puede llegar a disipar mucho calor en los transistores de potencia y en los reguladores integrados. Ten en cuenta que, para una determinada tensión e intensidad de salida, toda la tensión que no "cae" en la carga tiene que quedarse en los dispositivos reguladores, de tal modo que P = V x I. Y toda esta energía en forma de calor va a elevar mucho la temperatura de los semiconductores (transistores, integrados) rápidamente hasta el punto de que pueden estallar o quemarse, rompiéndose irremediablemente.

Montaje del disipador/radiador

Para evitar que los dispositivos de regulación se recalienten en exceso, se les acopla unos radiadores metálicos (normalmente aluminio) y con aletas para que refrigeren los semiconductores, extrayendo de ellos el exceso de calor. Pero el dispositivo semiconductor rara vez se coloca directamente tocando con el radiador, ya que interesa que eléctricamente no estén unidos, para prevenir cortocircuitos. Entre ambos se suele colocar una pasta térmica o placa de mica que permite el paso del calor pero no es conductora de la electricidad:


Colocación de la lámina de mica entre radiador
y el dispositivo semiconductor


El tornillo de sujección tampoco toca el semiconductor:
se coloca una arandela aislante que lo mantiene separado

Disipadores y radiadores
en las FA de cc

Veamos cómo nos los lo explica Fernando Manso, del canal Electronica FP:

 

+INFO:

Reguladores de tensión en una FA de cc lineal

Seguimos en este post explicando las etapas de una fuente de alimentación de corriente continua (FA de cc) lineal que, por si quieres repasar, te mostramos los enlaces con lo visto hasta ahora:

 


Etapas de una FA de cc lineal, con sus formas de onda

Hoy toca la etapa de regulación de tensión. Recuerda que el objetivo era conseguir una tensión de continua lo más "continua" posible, esto es, con un "rizado de ca" mínimo y de un valor estable. A una FA así se la denomina FA estabilizada. Al principio de la electrónica las FA de cc eran sólo estabilizadas (algunas FA hoy en día todavía son así, p.e. las que suministran tensión a etapas de potencia de baja calidad).

Pero no estaría bien que una FA de cc nos diera una valor de 12 volt. cuando está conectado un circuito equivalente con una resistencia de carga pequeña (10 Ohm, p.e.), y que cuando conectemos un circuito que suponga una resistencia de carga grande (1 KOhm) la tensión que suministre la FA sea de 18 volt., pues entonces es posible que el circuito electrónico no funcione bien e incluso se estropee. Debemos entonces asegurar que la tensión de la FA que entregamos a la salida sea lo más fija posible, esto es lo que se llama FA regulada.

La regulación de tensión se hacía en un principio sólo con diodos zéner y con transistores. Luego, con la introducción de los circuitos integrados, se añadió el Amp. Operacional. Más tarde, y como las FA son un dispositivo muy utilizado, se diseñaron circuitos integrados específicos para regular la tensión, que llevan dentro prácticamente todo lo necesario para realizar un diseño de FA sencillo y muy eficaz. Lo vemos a continuación:


FA de cc con regulación simple con diodo zéner
-V sal fija e igual a Vzéner-


FA de cc con regulación básica a transistor
-la V salida es fija, aprox. igual a Vzéner+0,7 volt-


FA de cc regulable con semiconductores discretos e integrados
(utiliza zéner, transistores y Amp. Operacional)
-la Vsal se puede ajustar moviendo el potenciómetro-

El regulador de tensión integrado

Hoy en día, lo típico es optar por las FA reguladas con c.i. por que los cálculos son mucho más simples y las prestaciones que se consiguen son altas; además, la mayoría de los c.i. vienen protegidos -aunque también se pueden romper- contra cortos, de modo que se asegura un funcionamiento más duradero.

FA de cc regulable con circuito integrado específico LM317
(la Vsal es ajustable entre 1,24 – 21 volt.)

Para explicar esto de la regulación de tensión también hemos recurrido al canal Electronica FP, con Fernando Manso, que lo explica de un modo muy ameno:

 

El regulador de tensión variable
Tensión de salida ajustable

 

Reguladores de tensión con más corriente y potencia

Luego están las FA de mucha corriente de salida, tanta que hay que colocar un (o varios) transistor para complementar la corriente que no llega a suministrar el regulador integrado:

 

 

FA de cc regulada (salida fija) con c.i. y potenciador de corriente

 

Y para terminar de completar lo anterior, se puede poner otro transistor para limitar la corriente de salida -por ejemplo en caso de cortocircuito de la carga- para proteger la fuente:


FA de cc regulada (salida fija) con c.i., potenciador de corriente (T1)
y limitador de corriente (T2) de exceso de salida

 

También hay por ahí mucho material explicativo; para completar y resumir todo lo visto hasta ahora, te proponemos esta presentación:

FUENTES DE ALIMENTACIÓN

 

¡Ah! Y no te olvides que siempre completamos cada post con algún enlace complementario muy interesante. ¡No dejes de echarles un vistazo!

+INFO:

El filtro en una fuente de alimentación


el filtrado supone la tercera etapa en una FA de cc lineal

Siguiendo con el tema de las fuentes de alimentación de corriente continua (FA de cc en adelante) lineales del que ya hemos hablado en:

Hoy toca tratar la siguiente parte de una fuente: el filtro. Éste suele estar constituido por bobinas y condensadores electrolíticos (en las FA económicas no aparecen bobinas) y el objetivo de esta etapa de la FA es "suavizar" la señal rectificada para que se parezca la forma de onda en lo posible a la tensión continua.


Componentes principales del circuito de una pequeña FA de cc lineal

Pero obtener una tensión continua pura a la salida de la FA no va a ser posible del todo, ya que al conectar cualquier "carga" a la FA, la resistencia de carga absorbe una intensidad que ha de suministrar el/los condensador del filtro, lo que irremediablemente trae como consecuencia la aparición de un "rizado" de c.a. sobre el valor medio de la tensión continua de salida: cuanto más rizado de c.a. peor es la FA, ya que introduce más zumbido y ruido de fondo en la tensión continua con la que vamos a alimentar los circuitos electrónicos.


Cuanto menor sea el valor de la "carga", RL, que conectemos a la salida,
mayor será el "rizado" de ca de la forma de onda (en color rojo)

En este post trataremos de contestar a las siguientes cuestiones, relativas a los filtros:

  • ¿Cómo funciona el filtro de una fuente de alimentación lineal?
  • ¿Qué es el rizado?¿Algún truco para minimizarlo?
  • ¿Qué pasa si el condensador es más grande o pequeño?¿Puedo hacerlo todo lo grande que quiera?
  • ¿Cómo sé cuando está averiado?
  • ¿Por qué es un filtro pasa baja?
  • ¿Hay más tipos?
  • ¿Por qué tengo más rizado cuando tengo una carga pequeña?

Vamos a comenzar con un vídeo del canal Electronica FP, con Fernando Manso, que nos lo explicará:

 

Cómo determinar el condensador necesario
en una FA de cc lineal

 

Bien, por hoy ya vamos a dejar de hablar de los filtros. En próximos post continuaremos tratando el resto de las etapas de las fuentes de alimentación de corriente continua lineales. Estate atento.

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El interruptor diferencial, ID, vigilante eléctrico de las instalaciones

Desde: Quirón Prevención

La mayoría de los usuarios sabe que en casa tenemos en el cuadro eléctrico un interruptor diferencial, abreviadamente ID, y que, en ocasiones, nos "salta" provocando algún que otro inconveniente. Es sabido que se trata de un sistema de protección, pero muy pocas personas (incluso los propios profesionales) saben exactamente cómo funciona, qué tipos de diferenciales hay y el mantenimiento que necesita.

El interruptor diferencial es un equipo eléctrico capaz de detectar pequeñas fugas de corriente eléctrica que pueda haber en nuestra instalación (casa, oficina, industria). Esto es importante porque, en teoría, no debería haber fugas en casa y mucho menos de corriente eléctrica. Si la electricidad circula por fuera de sus conductores aislados (eso es lo que significa "fuga") puede ocasionar que cuando toques la carcasa de un equipo eléctrico o la tubería de agua, te puede alcanzar la corriente.

 

Afortunadamente tenemos nuestro interruptor diferencial que, como su propio nombre indica, es capaz de detectar estas fugas recurriendo a un pequeño truco. Este aparato comprueba constantemente que en los conductores de entrada y salida del circuito de casa no haya diferencias de corriente. Es decir, que la corriente que entra en tu vivienda por un conductor es la misma que la que sale por el otro. Si existiera una diferencia de intensidades de corriente entre el conductor de entrada y el de salida, esto nos indica que hay una fuga.

Por ejemplo, en el caso de una lavadora:

En funcionamiento normal, entran 6 A amperios de corriente por el conductor de entrada a la lavadora y salen 6 A amperios con el conductor de salida. El interruptor diferencial no encuentra diferencia de intensidades, por lo que entiende que no hay fugas y deja continuar la corriente. El circuito es seguro.

En este caso hay una fuga de corriente en el equipo (lavadora): la corriente eléctrica puede irse por sitios no poco inadecuados (el agua, la carcasa metálica del equipo, por la tubería, etc.) y si estamos en contacto con estos lugares estaremos en peligro de electrocución. Afortunadamente, se aplica el principio que hemos hablado y si como ocurre en la figura entran 6 A amperios y salen solo 5 A, necesariamente hay una fuga de 1 A amperio en ese trayecto de la corriente.

Llegado este caso, el interruptor diferencial, que está constantemente vigilando, detecta que hay diferencias y corta el circuito, eliminando la corriente y por tanto el riesgo de electrocución.

Pero es importante aclarar que para que este sistema sea efectivo, el interruptor diferencial y la instalación eléctrica deben cumplir una serie de parámetros:

  • El interruptor diferencial debe saltar entre el 50% y el 100% de su sensibilidad. La sensibilidad es la intensidad mínima que tiene el diferencial de detectar fugas y cortar la corriente. Su símbolo es ∆n. Esta sensibilidad tiene valores normalizados, siendo los más frecuentes los de 30 mA (miliamperios) para uso doméstico/industrial y 300 mA para uso industrial, aunque hay otros valores.
     
  • La toma de tierra debe estar conectada a las masas (carcasas) de los equipos por los que puedan producirse estas fugas, para que de forma segura absorban las corrientes (echa un vistazo al post "La Tierra, un sistema de protección eléctrica"Este enlace se abrirá en una ventana nueva). Además, esta toma de tierra debe tener un valor de resistencia eléctrica bajo para que pueda absorber con eficacia esas corrientes no deseadas. Su valor está relacionado con el valor de la sensibilidad del diferencial.

– Para sensibilidades de 30 mA (el caso de las instalaciones comunes domésticas, oficinas, etc), el valor máximo admisible de resistencia de la toma de tierra debe ser inferior a 800 Ohmios

– Para sensibilidades de 300 mA (caso de determinadas industrias), el valor máximo admisible de resistencia de la toma de tierra debe ser inferior a 80 Ohmios

El interruptor diferencial debe saltar lo antes posible para evitar que la corriente peligrosa circule alocadamente durante mucho tiempo. Según la norma EN 61008 y EN61009 estos son los tiempos máximos de respuesta:


tiempo de respuesta del ID según su tipo

Además, existen distintos tipos de diferenciales en función de las características de las instalaciones a proteger:

  • Diferencial estándar para corrientes alternas (uso doméstico e industrial)
  • Diferencial para corrientes pulsantes (uso industrial)
  • Diferencial Selectivo o con retardo (instalaciones grandes, para ser colocados en cabecera instalación)
  • Diferencial rearmable (si salta, se rearma solo al cabo de unos segundos)


Interruptor Diferencial auto-rearmable

El diferencial rearmable para ámbito doméstico puede ser una opción muy recomendable cuando con cierta frecuencia nos salta el diferencial "intempestivamente" (sin causa aparente debido a tormentas eléctricas, perturbaciones en la red eléctrica, etc) y no estamos en casa para rearmarlo manualmente. Es una solución ideal para casas de campo que visitamos sólo los fines de semana, o el apartamento en la playa, etc. Con ello conseguimos que si salta intempestivamente, se rearme solo, y por ejemplo, no se estropee lo que tengamos en la nevera, o que siga funcionando la alarma, etc.

Hay que indicar que el interruptor diferencial también requiere un mantenimiento muy básico que podemos hacer cualquiera de nosotros, apretando al menos una vez al mes el botón de test (ver foto), con el fin de que salte (desconecte) para luego rearmarlo; así sabremos que la instalación está bien protegida y nosotros también.

Si además realizamos un mantenimiento anual por un técnico disparando el diferencial y comprobando sus funciones de disparo con un comprobador de diferenciales, mucho mejor.

Para completar esta entrada del Blog, vamos a dejaros con unos vídeos sobre el ID realizados por el Canal electroninquieto:

Funcionamiento del Interruptor Diferencial

 

Características de un Interruptor Diferencial

 

Clases de Interruptores Diferenciales

 

+INFO: