Diez ladrones de energía. Y no, no es de energía eléctrica.

Recomendaciones para evitar situaciones del día a día empresarial y personal que, sin darnos cuenta, nos coarta nuestro estado de ánimo y actitud, reduciendo esa "energía" que necesitamos para tomar buenas decisiones, afectando nuestra productividad e incluso nuestras ganas de vivir

Buscando contenidos auxiliares para el blog, encontré casualmente una entrada que, aunque no venía a cuento en ese momento, me pareció muy interesante y certera en sus planteamientos. No soy muy amigo de este tipo de proverbios que se atribuyen sin ningún rigor a sabios personajes de la Humanidad, pero en este caso me ha gustado tanto que he considerado compartirlo en el blog por la total coincidencia con mi forma de ver las cosas. Luego, buscando más, resulta que está replicado en multitud de sitios, e incluso se dice que surgió del mismísimo Dalai Lama.

Espero que sea de vuestro agrado, y aunque no tengan que ver mucho con la tecnología, sirva al menos para defragmentar un poco nuestra mente. Ahí van:

1. Evita las personas tóxicas

Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicios de los demás.
Si alguien busca un bote para arrojar su basura, procura que no sea en tu mente.

2. Ajusta dus deudas.

Paga tus cuentas a tiempo; al mismo tiempo cobra a quién te debe; o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.
Las deudas no caducan con el tiempo, aunque la ley te proteja; sé responsable, es mejor hacer un plazo de centavo a centavo, que perder tu preciada energía y tu palabra.

3. Cumple tus promesas.

Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa para una promesa no cumplida; aunque no como costumbre.
La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.

4. No eres experto en todo.

Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer, y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas. Aunque no debes de huir de responsabilidades y no en todas las ocasiones es factible, muchas veces por puro control o por no darnos el permiso, seguimos perdiendo tiempo en nimiedades y abandonando lo verdaderamente significante en nuestras vidas.

5. Descansa y actúa -a su tiempo-

Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.
La naturaleza tiene ritmos y tu vida también. No actuar en el momento erróneo te quita energía y no parar cuando lo necesitas, también.

6. Tira, recoge, organiza, y sigue

Nada te lleva más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.
Uno por uno, toma cada papel, cada recuerdo y hasta cada sueño… y elige.

7. No descuides tu salud

Da prioridad a tu salud. Sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Toma sol por las tardes, medita, respira, báñate en el mar, haz ejercicio en la naturaleza, escucha tu cuerpo y elimina las toxinas. No dejes pasar tus revisiones de salud, aunque te “encuentres bien”. Aliméntate con comida sana y alimentos no procesado; trabaja en la prevención para evitar enfermedades.

8. Supera las situaciones difíciles

Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja; y toma la acción necesaria.
Resignarte a una situación y sentir que no tienes control, sólo conseguirá descargar tu energía; mientras que posponer o ignorar cosas nos puede generar estrés, dificultad para enfocarnos y problemas más difíciles de solucionar.

9. Acepta lo que no puedas cambiar

Acepta, que no es lo mismo que resignación. Nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.
Siempre puedes elegir otro camino y fluir sin apegos hasta llegar a tu orilla a salvo. ¿No serás tú el que tiene que cambiar?

10. Aprende a perdonar

Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor.
Puede que en ocasiones creas que te “toca” sufrir, pero siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo. Alimentar rencores es fuente de ansiedad. Y no, tu no tienes la culpa de todo; pero tampoco eres infalible.
 

Hay también varios vídeos de youtube por ahí… Yo he elegido éste, pero hay unos cuantos:

[ clic sobre la imagen para acceder al vídeo ]

Eso es todo. Espero que lo hayáis encontrado interesante. Y lo aprovechéis.

Si te interesa

Relacionado:

Sin comentarios.