Las mujeres, primeras programadoras informáticas

Aunque a nivel de anécdota muchas veces, suele ser reconocido que el primer programa informático fue escrito por Ada Lovelace.

Sin embargo parece que la cosa quedó ahí y existe la creencia errónea de que la informática es mayoritariamente una profesión masculina.

Poca gente conoce que hace alrededor de 70 años, en la década de 1940, el primer ordenador digital de propósito general, el ENIAC contruido en la Universidad de Pensilvania, EE.UU., era programado por un equipo de seis mujeres: Betty Snyder Holberton, Jean Jennings Bartik, Kathleen McNulty Mauchly Antonelli, Marlyn Wescoff Meltzer, Ruth Lichterman Teitelbaum y Fances Bilas Spence.

En aquella época los programas no se codificaban en un lenguaje de alto nivel y se tecleaban cómodamente en un teclado frente a una pantalla. Se programaba en lenguaje máquina y los programas se introducían en el ordenador conectando distintas clavijas con cables (proceso conocido recableado), parecido a las primeras centralitas telefónicas con operadora, como se puede ver en la fotografía inferior.

 

También el ordenador Mark I, el primer ordenador electromecánico, construido por IBM e instalado en la Universidad de Harvard en aquella misma década, fue programado bajo las directrices de una mujer, Grace Hopper, junto a Richard Bloch. El Mark I se programaba también en lenguaje máquina pero tecleando las instrucciones en una máquina que producía una cinta perforada que luego era leída por el ordenador para cargar el programa.

Estas mujeres fueron desarrollando la programación a medida que realizaban su trabajo pionero.

El manual del ordenador ENIAC también fue escrito por una mujer.

La mayoría de las primeras programadoras eran mujeres jóvenes que trabajaban como calculadoras humanas, haciendo a mano los cálculos necesarios para elaborar, por ejemplo, tablas balísticas para ayudar a los artilleros a apuntar y dar en el blanco. Con la plena entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, el ejército de EE.UU. emprendió una intensa búsqueda de mujeres con dotes matemáticas y lógicas. Mientras los hombres eran enviados al frente, estas mujeres pasaban a trabajar en los centros de cálculo del ejército. Grace Hopper era algo mayor, tenía ya 35 años cuando se incorporó a la programación, era matemática doctorada en la universidad de Yale y ya pertenecía a la marina con la graduación de Teniente.

Una vez terminada la guerra estas mujeres fueron relegadas al olvido en los libros de historia de la informática. Mientras el nombre de los ingenieros que construyeron los ordenadores se ha hecho famoso y su trabajo ha sido reconocido, el trabajo de estas primeras programadoras cayó en el olvido y no recibió crédito ni reconocimiento. Al finalizar la guerra el gobierno de EE.UU. simplemente esperaba que estas mujeres abandonaran sus puestos y se fueran a casa y si no lo hacían las licenciaban directamente.

El trabajo de estas mujeres sentó la base sobre la que se ha ido desarrollando la programación informática y también influyó en el desarrollo de los ordenadores posteriores y los lenguajes de programación modernos.


(De izquierda a derecha) Jean Jennings, Marlyn Wescoff y Ruth Lichterman
en la Universidad de Pensilvania (Corbis)

Algunas de estas pioneras de la programación continuaron trabajando en este campo como Betty Snyder Holberton que trabajó en varias empresas e instituciones y participó en el desarrollo de lenguajes de programación de alto nivel como el C-10, considerado el embrión de los lenguajes de programación modernos, COBOL y Fortran.

O Jean Jenninggs Bartik, que después de programar el ordenador ENIAC pasó a trabajar con los ordenadores BINAC y UNIVAC I. Posteriormente pasó a trabajar en editoriales del campo de las nuevas tecnologías.

Y Grace Murray Hopper que permaneció en la marina hasta cumplir los 40 años en que tuvo que pasar a la reserva dado que la edad límite para el servicio activo eran los 38 años. Siguió trabajando en Harvard hasta 1949, desarrollando aplicaciones contables para el ordenador Mark I que en esos tiempos estaba siendo utilizado por una empresa de seguros. Desarrolló el primer compilador de la historia, el A-0, el primer compilador para procesamiento de datos, el B-0, y trabajó en el desarrollo del lenguaje COBOL y en el comité que lo creó Codasyl.

Permaneció en la reserva de la marina hasta finales de 1966, cuando tuvo que retirarse definitivamente por su edad. Se retiró con la graduación de Capitán de Fragata. Seis meses más tarde fue llamada de nuevo al servicio activo de la armada, en principio para seis meses, con el objetivo de normalizar los lenguajes de alto nivel que usaban, se dice que tenían graves problemas con una aplicación de nóminas que habían desarrollado y ya había sido reescrita 823 veces sin que llegara a funcionar correctamente. Los seis meses se alargaron hasta que se retiró de nuevo en 1971, pero se le volvió a llamar en 1972 y permaneció hasta 1973 cuando pasó de nuevo a la reserva con el grado de Capitán de navío. En 1983 fue ascendida a Contralmirante, siendo la primera mujer en alcanzar dicho grado. En 1986 se retiró definitivamente de la armada, siendo en ese momento el oficial de mayor edad. Tras su retiro continuó trabajando como consultora en una gran empresa informática, hasta el momento de su muerte en 1992. Estados Unidos ha bautizado a un destructor con su nombre, siendo el primer buque de guerra de ese país en ser bautizado en honor de una mujer después de la Segunda Guerra Mundial, el destructor es el USS Hopper con base en Pearl Harbor.

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