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El confinamiento por COVID-19: una oportunidad para ahorrar en la factura de la luz

Francisco Valverde, consultor energético y analista del sistema eléctrico, repasa una serie de opciones muy a tener en cuenta para ahorrar energía en casa, dado el gran consumo eléctrico que estamos haciendo debido al confinamiento por el COVID-19

Vamos camino de las 3 semanas encerrados en nuestras casas por la maldita pandemia originada por el Coronavirus COVID19 y todavía nos quedan, al menos otras tres por delante.

Son tiempos de teletrabajo, de estar en familia, de ocio, de cocinar y un sinfín de cosas más que irremediablemente se traduce en una cosa: tiempos de mayor gasto eléctrico y posiblemente una mayor factura de la luz. Por eso ahora más que nunca, es tiempo de aprender un poco de este tinglado para reconvertir lo que pudiera ser un quebradero más de cabeza en una oportunidad para rebajarla, sin renunciar a ninguna de las actividades que hacemos en nuestro día a día de confinamiento. Veamos cómo.

Consejos doy… pero que afectan muy poco la factura

Que si poner regletas con interruptor para desconectar varios electrodomésticos del tirón (y aquí siempre se pone a la tele de ejemplo y es donde menos merece la pena), que si cambiar a luces led, que si apagar las luces que no se usan y un montón de recomendaciones que nos pueden suponer volvernos casi locos para arañar a la factura…¿10-20 € al año?

Lamentablemente y por cómo está diseñado nuestro sistema de facturación eléctrica, ahorrar energía es efectivo, pero es la segunda derivada: lo que más ahorro nos va a suponer es optimizar los parámetros técnico-administrativos de nuestra factura, algo que no supone cambio de hábitos pero que por un coste nulo o muy bajo obtendremos grandes beneficios económicos. Repasemos los más importantes, teniendo presente que si queremos hacer alguna de las actuaciones propuestas, es tan sencillo como realizar una llamada telefónica al nº de teléfono de atención al cliente indicado en la factura.

Bajar la potencia contratada

Hay un coste en la factura que pagamos siempre, hagamos consumo o no: el fijo o término de potencia. Para una familia de consumo normal, esto supone el 30% de la factura, por lo que no es algo despreciable y conviene tener bajo control. Sin embargo ¿alguna vez te has planteado por qué no viene información sobre la potencia demandada en la factura ahora que ya tenemos esa info con los contadores nuevos?

Tenemos un concepto, la potencia, por el que se le cobra al consumidor, pero no se le facilita suficiente info para poder actuar sobre él. Afortunadamente las grandes distribuidoras (menos UFD, la distribuidora de Naturgy) ya nos ofrecen esa información y dándonos de alta en sus websites podremos saber a hasta qué potencia podremos bajar. La potencia contratada debe ser múltiplo de 0,1 kW y cambiarla supone un coste de 11€, pero sólo con una bajada de 0,3 kW ya nos saldrá rentable. Por cada kW que seamos capaces de bajar, nos estaremos ahorrando al año más de 52 €.

[ clic sobre las imágenes para verlas en grande ]

La distribuidora no es la compañía que nos pasa la factura todos los meses, esa es la comercializadora, pero entonces ¿cómo podemos saber cuál es nuestra distribuidora? Muchas veces viene directamente en la factura, pero si no es así, tendremos que buscar en esta, el código CUPS y fijarnos en sus 6 primeros dígitos. En la imagen se delimitan sus ámbitos de actuación (son monopolios territoriales) y el comienzo de sus códigos CUPS.

Sólo tendréis que localizar cuál es la vuestra y daros de alta como clientes en su web (¡tened vuestra última factura a mano!) para poder observar vuestras demandas de potencia y hasta donde poder bajar.

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Diez ladrones de energía. Y no, no es de energía eléctrica.

Recomendaciones para evitar situaciones del día a día empresarial y personal que, sin darnos cuenta, nos coarta nuestro estado de ánimo y actitud, reduciendo esa "energía" que necesitamos para tomar buenas decisiones, afectando nuestra productividad e incluso nuestras ganas de vivir

Buscando contenidos auxiliares para el blog, encontré casualmente una entrada que, aunque no venía a cuento en ese momento, me pareció muy interesante y certera en sus planteamientos. No soy muy amigo de este tipo de proverbios que se atribuyen sin ningún rigor a sabios personajes de la Humanidad, pero en este caso me ha gustado tanto que he considerado compartirlo en el blog por la total coincidencia con mi forma de ver las cosas. Luego, buscando más, resulta que está replicado en multitud de sitios, e incluso se dice que surgió del mismísimo Dalai Lama.

Espero que sea de vuestro agrado, y aunque no tengan que ver mucho con la tecnología, sirva al menos para defragmentar un poco nuestra mente. Ahí van:

1. Evita las personas tóxicas

Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicios de los demás.
Si alguien busca un bote para arrojar su basura, procura que no sea en tu mente.

2. Ajusta dus deudas.

Paga tus cuentas a tiempo; al mismo tiempo cobra a quién te debe; o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.
Las deudas no caducan con el tiempo, aunque la ley te proteja; sé responsable, es mejor hacer un plazo de centavo a centavo, que perder tu preciada energía y tu palabra.

3. Cumple tus promesas.

Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa para una promesa no cumplida; aunque no como costumbre.
La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.

4. No eres experto en todo.

Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer, y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas. Aunque no debes de huir de responsabilidades y no en todas las ocasiones es factible, muchas veces por puro control o por no darnos el permiso, seguimos perdiendo tiempo en nimiedades y abandonando lo verdaderamente significante en nuestras vidas.

5. Descansa y actúa -a su tiempo-

Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.
La naturaleza tiene ritmos y tu vida también. No actuar en el momento erróneo te quita energía y no parar cuando lo necesitas, también.

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Por qué ha fracasado la «COP 25»

Manifestaciones (escasas), la muchacha Greta Thunberg viajando en catamarán a través del Atlántico, personalidades y empresas españolas subiéndose al carro de las energías verdes.

Al mismo tiempo, la Unión Europea no ha sido capaz de tomar una decisión unánime sobre un nuevo acuerdo verde y Polonia puede seguir quemando carbón.

La COP 25 ha sido incapaz de llegar a ningún acuerdo sobre reparto de la reducción de emisiones y de los intercambios de derechos de emisión de CO₂.

El resultado: los acuerdos de París, como el protocolo de Kioto, se convierten en papel mojado. Otra vez.

 

Ponerse de acuerdo y ceder todos genera mucha más riqueza para cada uno, pues al final el dinero acaba repartiéndose y los que lo ceden lo recuperan en un plazo breve de los que lo han recibido. Volvemos en 2020 a la estupidez europea de los años entre 1870 y 1945: cada uno tirando del carro en su propia dirección y sentido y todos con más problemas y más pobres.

¿Qué gana el Reino Unido con el Brexit? Digamos que el “orgullo” de poder renegociar con Europa los intercambios comerciales y, según muchos ingleses, poder negociar con los EE. UU. otros acuerdos. ¿Qué pueden querer comprar los EE. UU. a los ingleses, que aquellos no tengan ya? Serán esencialmente los ingleses los que compraran a los americanos. Dentro de Europa se puede negociar en pie de igualdad con otros gigantes económicos. Fuera de ella somos demasiado pequeños para tener influencia alguna.

Lo mismo ocurre con el clima. El problema carece de fronteras, como carece de ellas la atmósfera. El CO₂ emitido en Chicago acaba encima de Sri Lanka. El control del clima, las acciones para frenar el cambio climático, tienen que ser de todos. Se dice que los países que han empezado a contaminar más tarde tienen derecho a que los que empezamos a contaminar antes les paguemos el esfuerzo de no emitir.

Esto es un poco traído por los pelos. Es como si los atenienses de ahora demandasen a los iraníes por la quema de Atenas en el 480 AC. Es justo, pero inoperante. Si esos países quieren no tener problemas climáticos, tendrán que pagar por ello. Al mismo tiempo, los países ricos deben pagar de acuerdo con lo que emiten, y sobre todo, dejar de emitir.

En estas reuniones o COP, como otras que se hacen y se quieren hacer en España, los “diálogos” son altamente ineficientes. La solución de los problemas se pone en marcha cuando estos dejan de ser “problemas” y se convierten en realidades dañinas.

Cuando se inunden las calles de Nueva York, cuando partes de la ciudad de Washington se llenen de agua del mar, entonces querrán los neoyorkinos, los políticos de Washington, enterarse de por qué arde California, y reclamarán con voces de amenaza el fin de los combustibles fósiles. Pero quizás para entonces no haya el mismo número de coches eléctricos que los de gasolina, y no existirán los tendidos de alta tensión para llevar la electricidad a las ciudades para recargar esos coches.

Escucharemos el “es tarde, es tarde”, como se escuchó cuando los alemanes invadieron Polonia en 1939. La solución para Europa se dilucidó en la “cumbre” de Munich de 1938, en la cual Chamberlain y Daladier dieron vía libre a Hitler para anexionarse media Europa.

Hoy se sigue dando vía libre a los países para llenar la atmósfera de cada vez más CO₂. Se quieren dar permisos para emitirlo.

Las personas, y los países son miopes, y no ven lo que les interesa. A los polacos les interesa, como a los demás, ir anulando el carbón, y montar a toda velocidad energía solar. Pero no lo ven. Por eso ha fracasado la COP 25.

Todo esto es una inmensa estupidez. De lo que se trata no es de aceptar que los países emitan menos CO₂, no es intercambiar derechos de emisión (no existe ese derecho, es preciso anular esas emisiones, más pronto que tarde) sino de eliminar los combustibles fósiles.

Y se puede hacer, y no es “caro” pues, al revés del dinero que se abona por las pensiones, es un dinero que se recupera en muy poco tiempo, y que genera millones de puestos de trabajo.

Me dicen que lo que yo veo no lo ven los demás. Por eso escribo, para comunicar al resto de las personas eso que yo veo con claridad.

También Casandra lo hacía. Y no sirvió de nada a aquellos a quienes lo contaba.

Para saber más:

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Cambio climático: 5 cosas que puedes hacer para evitar el calentamiento global

Redacción | BBC News Mundo
El transporte en las grandes ciudades es una de las fuentes principales de calentamiento global.

Es ahora o nunca.

Una investigación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU muestra que el planeta podría cruzar el umbral crucial de 1,5 grados Celsius -por encima de los niveles preindustriales- en solo 12 años, lo que en su criterio, conllevaría a una "catástrofe global".

Condiciones climáticas anómalas como sequías extremas, incendios forestales, inundaciones o escasez de alimentos para cientos de millones de personas podrían ser solo los primeros síntomas.

Para evitar esa situación, de acuerdo con los especialistas, el mundo necesita "cambios rápidos, de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad".

Pero entonces, ¿qué puedes hacer tú para ayudar?

"Hay muchas acciones que solo implican un poco de sentido común", explica a la BBC Aromar Revi, coordinador y autor principal del informe.

"Los ciudadanos y los consumidores están entre los actores más importantes para evitarlo", considera.

Las grandes sequías pueden ser uno de los principales síntomas del calentamiento global.

 

Estos son algunos de los cambios cotidianos que puedes hacer en este momento para ayudar a evitar una "catástrofe" como resultado del calentamiento global:

1. Utilizar el transporte público

Caminar o andar en bicicleta o usar el transporte público, en lugar del carro reducirá las emisiones de carbono.

Y, también, te mantendrá en forma.

Montar bicicleta en lugar de carro puede ser una contribución para disminuir el calentamiento global.

 

"Podemos elegir la forma en que nos movemos en las ciudades y, si no tienes acceso al transporte público, asegúrate de elegir políticos que ofrezcan opciones para eso", afirma Debra Roberts, copresidenta del IPCC.

Si es absolutamente necesario, usa un vehículo eléctrico y elije el tren en lugar del avión para tus viajes.

Da un paso más allá cancelando tus viaje de negocios y utilizando, en cambio, las videoconferencias.

2. Ahorra energía

Pon la ropa húmeda al sol en lugar de utilizar secadoras y trata de ahorrar al máximo electricidad.

Usa temperaturas más altas para enfriar las habitaciones o más bajas para calentarlas.

No se trata solo de usar "energía limpia" sino de consumir menos energía.

 

Aísla el techo de tu casa para evitar la pérdida de calor durante los inviernos.

Apaga y desenchufa tus aparatos electrodomésticos cuando no estén en uso.

Y la próxima vez que salgas a comprar un equipo, asegúrate de verificar que haga un uso eficiente de la energía.

Trata de comprar equipos que usen energía de forma eficiente.

 

También puedes adoptar una fuente de energía renovable para algunas de las necesidades de tu hogar, como los calentadores solares de agua.

3. Trata de consumir menos carne

La producción de carne roja lleva a un número significativamente mayor de emisiones de gases de efecto invernadero que la de pollo, frutas, verduras y cereales.

En la cumbre del clima de París, 119 naciones se comprometieron a reducir las emisiones agrícolas en este sentido, sin embargo, no hubo ninguna indicación de cómo hacerlo.

Tú, en cambio, puedes contribuir a ello.

Come más verduras y vegetales y menos carne roja

 

Come menos carne y trata de consumir más verduras y frutas.

Si esto te parece demasiado, considera tener al menos un día sin carne cada semana.

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También vale la pena reducir el consumo de productos lácteos ya que conllevan emisiones de efecto invernadero como resultado de la producción y el transporte.

Opta por comprar más alimentos de temporada de origen local (¡y tira menos basura!).

4. Reducir y reutilizar… incluso el agua

Nos han hablado de los beneficios del reciclaje una y otra vez a lo largo de nuestras vidas.

Pero lo cierto es que el transporte y procesamiento de los materiales para el reciclaje también conlleva la emisión de dióxido de carbono.

Por eso, si reduces los desechos que tiras y tratas de reutilizar los materiales que ya usaste, puedes marcar un cambio.

No derroches agua.

 

Lo mismo ocurre con el agua.

"Una alternativa es la recolección de agua de lluvia", asegura Aromar Revi.

5. Informar y educar a los demás

Entre todos podemos logarlo: reunirnos con nuestros vecinos para compartir alternativas y educarnos mutuamente en cómo establecer una vida comunitaria sostenible es también un paso importante.

Crea "redes compartidas" que puedan ayudar a agrupar recursos, como cortadoras de césped o herramientas de jardín, y lograr así un nivel de vida más ecológico.

"Todos estos cambios, cuando son practicados todos los días por miles de millones de personas, permitirán un desarrollo sostenible casi sin impacto en su bienestar", considera Revi.

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La Cumbre del Clima fracasa en su objetivo de regular los mercados de carbono

El débil resultado de la COP25 agranda la brecha entre los Gobiernos y la ciencia sobre la crisis climática

EL PAÍS | 


 

Quizás no se podía esperar más de lo que ha salido de la Cumbre del Clima de la ONU que se ha cerrado con más de un día y medio de retraso este domingo en Madrid. Los negociadores solo han podido acordar un débil llamamiento a los países a realizar esfuerzos más ambiciosos contra el cambio climático. Y han tenido que aplazar de nuevo el desarrollo del artículo del Acuerdo de París referido a los mercados de CO2 ante la imposibilidad de consensuar un texto. Este asunto tendrá que intentar acordarse en la próxima cumbre, que se celebrará en Glasgow en noviembre de 2020. Prácticamente todos los delegados que han tomado la palabra en el plenario final de la cumbre han reconocido la “decepción” por ser incapaces de cerrar este punto de la negociación

El multilateralismo se resquebraja allá donde se mire en el planeta y estas cumbres en las que negocian casi 200 países (que tienen que ponerse unánimemente de acuerdo) son precisamente el mayor ejemplo de multilateralismo. Pero, aunque fuera previsible por el contexto internacional tan complicado, el pobre resultado que se ha cerrado tras muchas horas de frustrantes negociaciones agranda la desconexión que existe ahora entre los Gobiernos del mundo y la ciencia respecto a la crisis climática y a la urgente necesidad de actuar.

Cuando se leen los textos finales de la COP25 —la reunión número 25 de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU de Cambio Climático— parece que los Gobiernos y mandatarios han estado metidos en una habitación insonorizada durante esta cumbre. Sin embargo, por la COP25 han pasado los científicos para presentar sus informes climáticos que apuntan, por ejemplo, a que 2019 será un año de récord de temperaturas en línea con lo que ha ocurrido durante toda esta década. Desde la ciencia también se ha apuntado durante esta cumbre a que las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, de la economía mundial volverán a marcar un nuevo máximo histórico. Y por la cumbre celebrada en Madrid también han pasado los representantes de los movimientos juveniles, con la activista sueca Greta Thunberg a la cabeza, que han reprochado a los mandatarios que los esfuerzos que tienen previstos para luchar contra el cambio climático no están a la altura de la crisis climática en la que está ya el planeta

Esta complicada cumbre, que se ha celebrado en Madrid tras la renuncia hace mes y medio de Chile a que tuviera lugar en Santiago por las protestas sociales, se tenían que sacar adelante fundamentalmente dos puntos: uno más político y otro más técnico. El político hace referencia a la necesidad de que los países firmantes del Acuerdo de París presenten planes más duros de recorte de las emisiones de gases de efecto invernadero porque los que hay ahora no son suficientes. Pero en esta cumbre solo se ha conseguido que 84 países se comprometan a presentar planes más duros en 2020, como ha pedido la ONU en varias ocasiones. Dentro de ese compromiso están Alemania, Francia, España y el Reino Unido. El problema es los que no están: EE UU, China, la India y Rusia (que juntos suman alrededor del 55% de las emisiones mundiales de efecto invernadero) no han dado señales durante esta cita de querer ser más ambiciosos.

Todos los firmantes del Acuerdo de París deben presentar planes de recorte de emisiones que, juntos, deben conseguir que el calentamiento global se quede dentro de unos límites manejables, Pero la suma de los planes no es suficiente. La ONU ha advertido de que se deben multiplicar por cinco los esfuerzos globales previstos si se quiere que el incremento de la temperatura se quede por debajo de 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales. Y por tres si se aspira a que ese incremento esté por debajo de los 2 grados (la otra meta que se establece en el Acuerdo de París). Los planes (que se conocen por las siglas en inglés NDC) que tienen ahora los países llevarán al menos a 3,2 grados de incremento, calcula la ONU.

Una de las discusiones más duras durante esta conferencia ha sido precisamente cómo realizar un llamamiento a los países a presentar planes más duros. Ante el atasco de este asunto, la presidencia de la COP25, que estaba en manos Chile, recurrió a España en el tramo final de las negociaciones. Y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, se ha encargado de dirigir este asunto.

Finalmente, en las declaraciones de la COP25 aprobadas por el plenario, se "alienta" a los países a "aprovechar la oportunidad en 2020" para mostrar la más alta ambición ante "la urgencia de abordar el cambio climático". Y se resalta la "grave preocupación" por la "urgente necesidad" de solucionar la "brecha" que existe entre los planes previstos por los países y los recortes que se necesitan para cumplir el objetivo de París. Sin embargo, en las declaraciones finales no se hace un llamamiento explícito a los países a presentar NDC más duros en 2020 por la resistencia de los grandes países emisores. En todo caso, el Ministerio para la Transición Ecológica ha interpretado que lo acordado "sienta las bases" para que el próximo año "los países presenten compromisos de reducción de emisiones" más ambiciosos.   

Para saber más