Entradas del autor: Jose Francisco

Por qué es mejor que sigamos escribiendo a mano

¿Qué es más poderoso, el teclado o el lápiz?

Una de cada tres personas no han escrito a mano en los últimos seis meses. En Finlandia ya no enseñan escritura en la escuela. La caligrafía está siendo eclipsada totalmente por la tecnología moderna.

Esto a pesar de que la investigación en neurociencia indica que escribir utilizando sólo una pantalla táctil o el teclado puede afectar el desarrollo del cerebro, sobre todo el de los niños que están aprendiendo a leer.

Así que debemos ser conscientes de hacia dónde queremos ir.

Además de poner fin a una tradición cultural que se remonta al inicio de la civilización, si la escritura se desvanece, ¿vamos a perder también un elemento de nuestra individualidad?

Escribir a mano para ejercitar el cerebro

En la última década, la investigación con imágenes cerebrales le ha ayudado a los neurocientíficos a entender que aprender habilidades tales como la escritura a mano y tocar un instrumento musical puede cambiar realmente la estructura del cerebro.

Lo que es más, que el aprendizaje de escribir con una pluma es más beneficioso para los niños que las habilidades de teclado.

El profesor Stanislas Dehaene, director de la Unidad de Neuroimagen Cognitiva de la organización francesa INSERM-CEA, dice: "Es un hecho bien conocido ahora que aprender a escribir con la mano, al mismo tiempo que aprender a leer facilita la lectura mediante el desarrollo de la motricidad fina".

  • Lóbulos frontales: Situados detras de la frente, participan en funciones mentales superiores, como el reconocimiento de las consecuencias de las acciones y la memoria. Están vinculados a la escritura, el habla, movimiento, razonamiento, juicio, planeación y resolución de problemas.
     
  • Lóbulos parietales: Son importantes para escribir y leer, pues interpretan las palabras y el lenguaje. Combinan además información sensorial como orientación espacial y navegación, y son el área principal de recepción sensorial para el sentido del tacto.
     
  • Lóbulos temporales: Situados a los lados del cerebro, detrás de la sien, ayudan a procesar la información auditiva de los oídos. El proceso de escribir algo con lápiz y papel ayuda a activar una colección de células en estos lóbulos conocidas como sistema de activación reticular. Las estructuras de estos lóbulos son vitales en la consolidación de información de corto plazo a largo plazo.
     
  • Lóbulos occipitales: Ubicados en la parte baja del cerebro, reciben y procesan la información visual de los ojos, que luego es enviada a otras partes del cerebro. Eso nos ayuda a leer y escribir al reconocer palabras, formas y colores.

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Las mujeres, primeras programadoras informáticas

Aunque a nivel de anécdota muchas veces, suele ser reconocido que el primer programa informático fue escrito por Ada Lovelace.

Sin embargo parece que la cosa quedó ahí y existe la creencia errónea de que la informática es mayoritariamente una profesión masculina.

Poca gente conoce que hace alrededor de 70 años, en la década de 1940, el primer ordenador digital de propósito general, el ENIAC contruido en la Universidad de Pensilvania, EE.UU., era programado por un equipo de seis mujeres: Betty Snyder Holberton, Jean Jennings Bartik, Kathleen McNulty Mauchly Antonelli, Marlyn Wescoff Meltzer, Ruth Lichterman Teitelbaum y Fances Bilas Spence.

En aquella época los programas no se codificaban en un lenguaje de alto nivel y se tecleaban cómodamente en un teclado frente a una pantalla. Se programaba en lenguaje máquina y los programas se introducían en el ordenador conectando distintas clavijas con cables (proceso conocido recableado), parecido a las primeras centralitas telefónicas con operadora, como se puede ver en la fotografía inferior.

 

También el ordenador Mark I, el primer ordenador electromecánico, construido por IBM e instalado en la Universidad de Harvard en aquella misma década, fue programado bajo las directrices de una mujer, Grace Hopper, junto a Richard Bloch. El Mark I se programaba también en lenguaje máquina pero tecleando las instrucciones en una máquina que producía una cinta perforada que luego era leída por el ordenador para cargar el programa.

Estas mujeres fueron desarrollando la programación a medida que realizaban su trabajo pionero.

El manual del ordenador ENIAC también fue escrito por una mujer.

La mayoría de las primeras programadoras eran mujeres jóvenes que trabajaban como calculadoras humanas, haciendo a mano los cálculos necesarios para elaborar, por ejemplo, tablas balísticas para ayudar a los artilleros a apuntar y dar en el blanco. Con la plena entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, el ejército de EE.UU. emprendió una intensa búsqueda de mujeres con dotes matemáticas y lógicas. Mientras los hombres eran enviados al frente, estas mujeres pasaban a trabajar en los centros de cálculo del ejército. Grace Hopper era algo mayor, tenía ya 35 años cuando se incorporó a la programación, era matemática doctorada en la universidad de Yale y ya pertenecía a la marina con la graduación de Teniente.

Una vez terminada la guerra estas mujeres fueron relegadas al olvido en los libros de historia de la informática. Mientras el nombre de los ingenieros que construyeron los ordenadores se ha hecho famoso y su trabajo ha sido reconocido, el trabajo de estas primeras programadoras cayó en el olvido y no recibió crédito ni reconocimiento. Al finalizar la guerra el gobierno de EE.UU. simplemente esperaba que estas mujeres abandonaran sus puestos y se fueran a casa y si no lo hacían las licenciaban directamente.

El trabajo de estas mujeres sentó la base sobre la que se ha ido desarrollando la programación informática y también influyó en el desarrollo de los ordenadores posteriores y los lenguajes de programación modernos.


(De izquierda a derecha) Jean Jennings, Marlyn Wescoff y Ruth Lichterman
en la Universidad de Pensilvania (Corbis)

Algunas de estas pioneras de la programación continuaron trabajando en este campo como Betty Snyder Holberton que trabajó en varias empresas e instituciones y participó en el desarrollo de lenguajes de programación de alto nivel como el C-10, considerado el embrión de los lenguajes de programación modernos, COBOL y Fortran.

O Jean Jenninggs Bartik, que después de programar el ordenador ENIAC pasó a trabajar con los ordenadores BINAC y UNIVAC I. Posteriormente pasó a trabajar en editoriales del campo de las nuevas tecnologías.

Y Grace Murray Hopper que permaneció en la marina hasta cumplir los 40 años en que tuvo que pasar a la reserva dado que la edad límite para el servicio activo eran los 38 años. Siguió trabajando en Harvard hasta 1949, desarrollando aplicaciones contables para el ordenador Mark I que en esos tiempos estaba siendo utilizado por una empresa de seguros. Desarrolló el primer compilador de la historia, el A-0, el primer compilador para procesamiento de datos, el B-0, y trabajó en el desarrollo del lenguaje COBOL y en el comité que lo creó Codasyl.

Permaneció en la reserva de la marina hasta finales de 1966, cuando tuvo que retirarse definitivamente por su edad. Se retiró con la graduación de Capitán de Fragata. Seis meses más tarde fue llamada de nuevo al servicio activo de la armada, en principio para seis meses, con el objetivo de normalizar los lenguajes de alto nivel que usaban, se dice que tenían graves problemas con una aplicación de nóminas que habían desarrollado y ya había sido reescrita 823 veces sin que llegara a funcionar correctamente. Los seis meses se alargaron hasta que se retiró de nuevo en 1971, pero se le volvió a llamar en 1972 y permaneció hasta 1973 cuando pasó de nuevo a la reserva con el grado de Capitán de navío. En 1983 fue ascendida a Contralmirante, siendo la primera mujer en alcanzar dicho grado. En 1986 se retiró definitivamente de la armada, siendo en ese momento el oficial de mayor edad. Tras su retiro continuó trabajando como consultora en una gran empresa informática, hasta el momento de su muerte en 1992. Estados Unidos ha bautizado a un destructor con su nombre, siendo el primer buque de guerra de ese país en ser bautizado en honor de una mujer después de la Segunda Guerra Mundial, el destructor es el USS Hopper con base en Pearl Harbor.

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Radiografía de un cerebro enganchado al móvil

Durante los últimos años, el empleo de las nuevas tecnologías se ha extendido con fuerza en la sociedad. Está prácticamente generalizado el uso de internet en toda la población, principalmente entre los más jóvenes. Según datos de la encuesta del Ministerio de Sanidad ESTUDES 2018, el 99,6 % de los estudiantes de 14 a 18 años había utilizado internet en los últimos 12 meses.

El principal problema radica en que se puede pasar fácilmente de un uso generalizado de las nuevas tecnologías a un abuso de las mismas. Se ha detectado que el uso compulsivo de las nuevas tecnologías (internet, teléfono móvil, juegos online…) es un fenómeno creciente de nuestro tiempo, sobre todo, en los grupos de gente más joven.

Las últimas encuestas ESTUDES muestran que mientras casi un 3 % de la población de 15 a 64 años hace un uso compulsivo de internet, la prevalencia de este problema es siete veces mayor entre los estudiantes de 14 a 18 años.

El uso patológico de las nuevas tecnologías ha trascendido en los últimos años la consideración de trastorno del control de impulsos para encuadrarse dentro de las adicciones de comportamiento o sin sustancia. Se acepta que tiene una base común con el resto de conductas adictivas clásicas. Esta raíz común hace que la prevalencia de consumo de drogas como el alcohol y el cannabis sea superior entre los individuos que realizan un uso compulsivo de internet.

¿Qué pasa en el cerebro?

Conocemos desde tiempo atrás los mecanismos cerebrales que median la adicción a sustancias como el alcohol, la cocaína o el tabaco. Pero la aparición de estas nuevas adicciones sin sustancia ha obligado a los investigadores a repensar los mecanismos que podrían explicar este nuevo fenómeno.

En las personas que presentan dependencia a las nuevas tecnologías se han observado cambios estructurales y/o funcionales en regiones cerebrales como la corteza prefrontal, cingular, orbitofrontal y el sistema límbico. Estas zonas alteradas están implicadas en el procesamiento de fenómenos como la recompensa, la motivación o el control de impulsos.

Alteraciones similares aparecen también en personas con otros tipos de adicciones asociadas a drogas de abuso clásicas como la cocaína o las anfetaminas. El riesgo de aparición de estos trastornos es mayor entre los adolescentes porque las regiones cerebrales implicadas no han terminado de madurar a estas edades y son más vulnerables.

Estos déficits estructurales conllevan también un peor funcionamiento de estas regiones cerebrales. Aumenta la impulsividad, disminuye el control del comportamiento y crece la dificultad para tomar las decisiones más acertadas. Todos estos fenómenos contribuyen a generar un mayor riesgo de desarrollar una dependencia de las nuevas tecnologías.

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¿Quién cuida la salud de las instalaciones eléctricas?

Más de 700 profesionales de Red Eléctrica dedican sus esfuerzos día tras día en el cuidado de las infraestructuras que transportan electricidad en alta tensión.
Sala de Prensa | febrero 2020 | Red Eléctrica de España

Más de 700 profesionales de Red Eléctrica dedican sus esfuerzos día tras día en el cuidado de las infraestructuras que transportan electricidad en alta tensión. Son las personas que realizan tareas de mantenimiento de líneas y subestaciones en el terreno, muchas veces en condiciones meteorológicas adversas y en zonas de difícil acceso. ¿Su objetivo? Que la electricidad llegue a todos los hogares.

protección de líneas eléctricas en la nieve

Su día a día se centra en asegurar el buen funcionamiento de los más de 44.450 km de circuito de líneas de los que consta la red eléctrica nacional. Trabajan con tareas de mantenimiento programadas y calendarizadas que permiten anticiparse a futuros riesgos de incidencias de funcionamiento, y también en caso de que se produzcan averías.

Pero ni el mal tiempo ni la hora son impedimentos para ellos: “Cada día, 120 profesionales están de retén pendientes de lo que pueda suceder en toda España. Con los vehículos y los móviles cargados para poder salir corriendo cuando se recibe un aviso”, señala Elena Nogueroles, jefa del departamento de Mantenimiento de Líneas.

Con condiciones climática difíciles, acceder a los emplazamientos de las instalaciones puede ser lo más complicado: “En ocasiones, ante la dificultad de acceso y de los caminos, es necesario utilizar helicóptero para sobrevolar toda la línea y verificar que está bien”, cuenta Ricardo Barberá, de la Demarcación Este.

 

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¿Qué es el 5G? Así funcionará la nueva generación inalámbrica


Cada década, más o menos, la industria inalámbrica lanza un nuevo estándar de comunicación que transmite más datos en menos tiempo. Todavía está en pruebas, pero el siguiente se llamará “5G”, ya que es la quinta generación de este tipo de estándares que codifican y transmiten datos a través de ondas de radio.

La primera generación, llamada de manera retroactiva 1G, consistía en un sistema analógico para la transmisión de voz. En cambio, los teléfonos que tenían 2G, transmitían voz y datos de forma digital. Las generaciones siguientes, el 3G en el 2000 y el 4G en el 2010, incorporaron mejoras técnicas que consiguieron incrementar la velocidad desde los 200 kilobits por segundo a cientos de megabits por segundo. El 2020 cada vez está más cerca y se espera que el 5G sea capaz de transmitir 1 gigabit por segundo o, incluso, hasta 10.

La posibilidad de enviar y recibir tantos datos en tan poco tiempo ofrece nuevas oportunidades para los sistemas de realidad virtual y aumentada, así como para la automatización de determinados procesos.

Por ejemplo, los coches autónomos se podrían comunicar entre sí, con las señales de tráfico, los quitamiedos, los puntos kilométricos, y con otros elementos que los conductores humanos nos limitamos a mirar. Pero para conseguirlo hace falta otro avance técnico más, reducir lo que denominamos “latencia”, es decir, el lapso que se produce entre que se envía la señal y se recibe, 1 milisegundo. Si una red de datos es como el sistema de riego de un jardín, la latencia es el tiempo que pasa desde que se abre el grifo hasta que el agua sale por el otro extremo de la manguera.

Conseguir una gran velocidad de datos con una baja latencia requiere muchos cambios técnicos, como enviar datos usando radiofrecuencias más altas y seleccionar aquellas antenas que permitan reducir las interferencias entre todos los dispositivos que se comuniquen simultáneamente. A esto se une que el 5G tendrá muchas más estaciones base, que serán más pequeñas que actuales y estarán colocadas más cerca unas de otras. Las estaciones base del 5G se pueden colocar cada 250 metros, en lugar de los entre 1 y 5 kilómetros de separación que necesitan la del 4G.

Además, los sistemas 5G ofrecen conexiones estables aunque haya un número elevado de dispositivos conectados al mismo tiempo. Esto amplía enormemente las funciones de los dispositivos que usemos: los granjeros podrán monitorizar los nutrientes de cada terreno, podremos hacer seguimiento exacto de los envíos de las empresas de paquetería o podremos conocer al milisegundo las constantes vitales de los pacientes de un hospital, por ejemplo.

Ya hay algunas redes 5G funcionando en algunas ciudades de Estados Unidos. Los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020 supondrán el escaparate de presentación de todas las novedades que ofrecerá esta nueva tecnología. Mientras tanto, las empresas irán presentando sus nuevas propuestas como ya hicieron con las generaciones anteriores.

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